Yo sé
bien que jamás quisiste a nadie
yo
se bien que no piensas más que en ti
que
tu juez y tu dios es el espejo
que
tu ley y tu credo, recibir.
Pretendí con mi amor ahogar tu orgullo
más
sin duda mi empeño fracasó
fue
sangriento el combate, mas al punto
tu egotismo
en su espada me ensartó
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Cuando siento tu cuerpo encendersede amor y deseo
y temblar, como tiemblan las hojas
mecidas al viento,
yo quisiera fundirme en tus brazos
y uncido en tu pecho
estallar como magma candente
sumido en tu seno.
Juanmaromo
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