Tus lágrimas abren surcos en mi rostro
coladas ardientes que me horadan el alma
fauces que se clavan en mi cuello
zarpas feroces que me despedazan.
Tu sufrimiento es el silicio que se clava
en mi pecho, en mi vientre y en mi espalda
el látigo que lacera mi memoria
la sal que me salpica la mirada.
Tu silencio es el aire del desierto
que me deja abrasada la garganta
que convierte en vinagre mi saliva
que me cubre de arena la esperanza.
Solo espero tu risa redentora
tu mirada de niña enamorada
la caricia inocente de tus manos
el beso de tu boca tan amada
¡Que se aleje de mi la pesadilla
que se funda la escarcha de tus senos
que renazca el oasis de tu vientre
y me empape la lluvia de tus besos!
JUANMAROMO
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