No temo a la muerte,
la muerte es la puerta que deja paso a la vida,
temo al vacío, al olvido, a la nada,
al péndulo atorado
a las flores secas
a los ojos yertos
a las bocas muertas.
No temo al dolor
temo al sufrimiento, a la negra sombra
al silencio impío, a la vida fatua.
No le temo al fuego de vuestros infiernos
que más temo al frio,
al frio del miedo a seguir viviendo,
de arrastrar el alma,
de vender el cuerpo,
de acallar el grito,
que desgarra el tiempo.
No temo al olvido,
temo al remolino que todo se traga,
que todo lo borra sin dejar constancia,
a la mano negra
que arranca las hojas de nuestro diario,
que vierte la tinta
en nuestras cuartillas
que rompe la pluma,
que rasga el cuaderno,
que apaga la lumbre de nuestro recuerdo.
JUANMAROMO
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