Amarás el dinero sobre todas las cosas y harás todo lo posible para conseguirlo sacrificándote a ti mismo y a todos los que te rodeen.
No insultarás no despreciarás ni cuestionarás a tus jefes, mandatarios o caudillos que tengan poder sobre ti, les obedecerás y les respetarás
Dedicaras el poco tiempo que te dejen tus obligaciones, a santificarte con los preceptos y normas que la televisión y la prensa del señor se sirvan ofrecerte para tu redención y santificación.
Vivirás de tus padres hasta que puedas vivir de tus hijos suponiendo que hayas cometido el error de engendrarlos
No matarás a menos que sea al servicio de la patria, el capital o el fanatismo religioso, la vida no vale nada si no es para sacrificarla por el bien común (de unos cuantos privilegiados).
No cometerás actos impuros, como hacer el amor por amor, como ayudar a quien lo necesita, como educar a tus hijos en la libertad y en el respeto.
No robarás a quien tenga más que tú, pero podrás expoliar a l más pobre siempre que pagues tus diezmos.
Nunca dirás la verdad cuando atente contra el sistema, contra el poder establecido o contra tus superiores, y jamás testificaras en contra de ellos aunque te juegues la vida.
No consentirás pensamientos ni deseos impuros, como la justicia, la libertad o la paz, tus pensamientos solo son útiles cuando están de acuerdo con el orden establecido.
No codiciarás el sillon de tus superiores, la mujer de tus jefes, el patrimonio de los banqueros ni las prebendas de lo políticos, porque les han sido concedidos por dios para su honra y gloria.
ESTOS DIEZ MANDAMIENTOS SE CIERRON EN DOS, AMARÁS AL DINERO SOBRE TODAS LAS COSAS Y EXPLOTARÁS A TU PRÓJIMO MÁS AUN DE LO QUE TE EXPLOTAN A TI MISMO.
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