Se habla mucho del genocidio nazi, de Gaza o del pueblo Kurdo, pero hay otros genocidios solapados, que producen muchas más víctimas. La descolonización política del África, dejó paso al colonialismo económico, se crearon países ficticios formados por tribus irreconciliables con el fin de controlar los recursos naturales y asegurarse un mercado cautivo de armas, para ello nada mejor que cambiar petróleo o diamantes por minas, misiles o carros de combate, fomentar el odio entre los pueblos y dejar que se mataran entre ellos, aunque muchos de la víctimas y verdugos fueran niños.
La deforestación de la Amazonia ha supuesto la desaparición de etnias , destrucción de cientos de poblados y el exterminio de miles de indígenas sin que los organismos internacionales hayan hecho nada por evitarlo.
Pero que nadie se piense que los genocidios solo se perpetran con armas y campos de exterminio, desde hace unos años el capitalismo salvaje está aniquilando a millones de personas en todo el mundo alterando los precios de materias primas y alimentos esenciales en función de sus intereses y condenando al hambre y la enfermedad a media humanidad, pero no contentos con el botín, hace tres años comenzaron la destrucción de la democracia.
Se planificó cuidadosamente el boom inmobiliario y financiero, y se generaron fortunas incalculables que se ocultaron en paraísos fiscales, pero el enriquecimiento de la plutocracia no era su objetivo, el objetivo final era la destrucción del estado del bienestar.
A base de chantajes por parte del FMI, el BCE y los gestores de fondos, se obligó a los gobiernos a ceder derechos conquistados con sangre sudor y lágrimas, se presionó a los sindicatos para aceptar rebajas laborales impensables hace unos años y se fomentó la corrupción generalizada entre la clase política. Los frutos están a la vista, países en bancarrota, sindicatos desprestigiados y la democracia en la cuerda floja, el huevo de la serpiente está maduro y puede eclosionar en cualquier momento.
Con un índice de paro insostenible, con una inflación al alza y cientos de miles de familias desahuciadas, el caldo de cultivo está preparado, solo falta el Hitler de turno para dar la puntilla a la economía social de mercado, pero esta vez no será una persona, ni siquiera un partido, será un nuevo sistema económico que barrerá con todo lo conseguido hasta ahora y nos llevará a la tétrica sociedad anunciada por Orwell en 1.984.
Esto es la peor forma de genocidio, porque no sola acaba con pueblos enteros, sino que pretende exterminar a toda una civilización. Propongo procesar a los responsables , a los dirigentes de las agencias de evaluación y grandes inmobiliarias sometíendoles a un proceso por genocidio al estilo de Núremberg, expropiarles todos los bienes y acabar con los paraísos fiscales, solo de esta manera podremos frenar este proceso que nos lleva al gobierno de las sombras.
Quizás una huelga general indefinida a nivel planetario, una retirada global de los depósitos de la banca y un apagón generalizado sería un buen principio, porque con un ejército de mercenarios dispuestos a todo, y una población anestesiada por el consumismo, la revolución callejera parece inviable en Europa.
La cuenta atrás ha comenzado y dentro de poco las sirenas nos llamarán a los refugios, el tiempo se acaba, o ahora, o nunca.
JUANMAROMO
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