Los años de vino y rosas se fundieron como una gota de ácido en un azucarillo, siguieron las guerras, el hambre en el mundo se multiplicó y las diferencias sociales si hicieron cada vez mas insalvables. ¿En donde fallamos?.
Casi en el mismo punto, los jóvenes del telón de acero se levantaban contra el régimen comunista en Praga, era como un intento de converger en un mundo mejor, en una sociedad más justa, pero los tanques por un lado y el consumismo por otro, abortaron la revolución nada más engendrarse.
El mundo occidental era demasiado rico y demasiado egoísta para cumplir sus slogans, los estudiantes terminaron sus carreras y se incorporaron al sistema, los sindicatos aceptaron las migajas y volvieron al tajo, El Chè murió traicionado por sus aliados y Castro se convirtió en un caudillo.
Luther king fue asesinado y Vietnam se perpetuó en miles de guerras que continúan en la actualidad, el recismo de ha disparado, el capitalismo salvaje se ha hecho el dueño del mundo y amenaza con destruir el planeta. El comunismo se desmoronó pero dio paso a un régimen mafioso en el que la KGB sigue reinando.
En Chile y Argentina cientos de miles de personas fueron asesinadas, torturada o desaparecidas con la complacencia de los Estados Unidos mientras los pacifistas miraban hacia otro lado.
Actualmente la guerra es el rayo que no cesa. África padece un genocidio a causa de sus recursos naturales, los niños mueren y matan mientras las mujeres son violadas como una estrategia racial y militar, los bosque arden y la selva se tala para producir combustibles.
¿Hasta dónde llegará la locura? ¿Nos estamos aniquilando como especie?. Quiero mantener la esperanza de que la juventud comprometida y luchadora nos sacará de la ciénaga, quiero convencerme de que el hombre vencerá sobre el hombre y que el mañana será el mejor de los mañanas. Recordando a nuestro Miguel Hernández susurro como una oración al infinito...¡DEJADME LA ESPERANZA!.
JUANMAROMO
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