Te arranqué de mi ser como a una sanguijuela
que chupaba y me dejaba exhausta,
te llevaste entre tus dientes acerados
un bocado del alma.
Sangré y sangré hasta quedar vacía
hasta perder el rumbo y el sentido
hasta sentirme muerta.
Pero la vida vino a rescatarme,
cicatrizó mi herida
volvió a corre la sangre por mis venas
me puse en pie y proseguí la senda.
He cruzado vergeles y desiertos
he coronado cimas
he surcado mil mares turbulentos
huyendo de mi misma.
He llorado hasta quedarme ciega
hasta sudar con lágrimas de sangre
he bebido el grial de tu recuerdo
hasta apurar la pez de la amargura.
Esta tarde te he visto y me has mirado
con tus ojos de macho
y has querido de nuevo desnudarme
y atarme a tu camastro.
Pero ahora me miro en los espejos
y me veo a mi misma
ya no veo una muñeca rota
arrastrándose tras tus infectas huellas
suplicando la pírrica limosna
de tus sucias caricias.
SHEMIRRAMIS
Me ha gustado mucho, al final la liberacion, recibe un saludo.
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