Científico de ATTAC España
Los grandes laboratorios farmacéuticos están despidiendo trabajadores a destajo. Roche, una de las empresas más grandes del sector, despedirá a 4.800 empleados en todo el mundo, lo que supone el 6% de la plantilla total, y que en España afectará a través del cierre de la planta de Barcelona y el despido de 150 trabajadores. Bayer, por su parte, eliminará 4.500 empleos en un plan de reestructuración que incluye deslocalizaciones. Sanofi se suma también a la fiesta con 1.700 despidos en Estados Unidos (el 25% de la plantilla) y 225 en España, algo que también hace Abbot al despedir a 171 trabajadores en España. Por lo que leo, tanto Novartis como Pfizer están planteándose también llevar a cabo reducciones de personal.
Los nuevos trabajadores en paro, como podemos imaginar, son de alta cualificación. Algunos han llegado a crear una web donde han publicado sus currículos esperando que los mismos les “puedan resultar de utilidad” a las empresas farmacéuticas. Todos estos despidos, sin embargo, contrastan fuertemente con los datos de beneficios que tienen esas mismas empresas. Bayer, por ejemplo, ha tenido un beneficio de 13.528 millones de euros en los nueve primeros meses de 2010, y Sanofi unos 11.861 millones de euros en los seis primeros. Roche ha elevado su beneficio un 11% en lo que va de año, y las compañías más pequeñas como Abbot declararon en 2009 unos ingresos netos de 1.375 millones de dólares. ¿Cómo podemos explicar todo esto?
Conclusiones
La paradoja aparente de los despidos que se dan en empresas que tienen grandes beneficios aparece resuelta una vez que se atiende al funcionamiento real del capitalismo. No hay excusa posible: el capitalismo ha sido siempre un sistema depredador e irracional pero ahora, con el desarrollo del sector financiero y la expansión de su lógica a todos los ámbitos, lo es aún más. El caso que nos ocupa es el de despidos de trabajadores cualificados, pero antes de llegar a ese punto existen muchos más. Todo lo que las empresas buscan es maximizar beneficios a toda cosa, y todas las medidas son válidas a este respecto. Las reestructuraciones de personal, la bajada de salarios, el incremento de la intensidad del trabajo, etc. son todas medidas que tienen como fin minimizar costes. Minimizando costes se maximizan beneficios y se incrementa la rentabilidad del capital invertido.
Al final somos todos, independientemente de nuestra cualificación (la cual únicamente determina nuestra exposición a los caprichos del sistema), meros elementos de usar y tirar para un sistema con una lógica de funcionamiento que muy poco tiene que ver con un modo justo y razonable de coordinar una sociedad humana.
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1 comentario:
Pues si, meras marionetas.
Bicos.
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