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jueves, 16 de diciembre de 2010

DESTINO


de Su Susana, el jueves, 16 de diciembre de 2010 a las 11:08
     El dominio de su cuerpo y de su mente había pasado a manos del alcohol. Aquella tarde , como tantas otras que la precedían, deambulaba por las calles tambaleándose, chocándose con los viandantes con los que se cruzaba. Había perdido toda expresión en sus ojos y su mirada, se presentaba ahora vacía, perdida .... Su mente se había ausentado de la realidad, porque la realidad misma le había despojado de todo lo que tenía.
    Ardía en ganas de llegar a su callejón, aquél hogar que le había acogido hacía ya más de un año. Le engarbaban profundos deseos de refugiarse entre sus cartones, en su hueco particular rodeado de contendedores de basura.   Sentía necesidad de cobijarse en aquél rincón y de amarrarse de nuevo al cuello de otra botella de vino y tragar aquella roja pócima para mantener así su pasado reciente en un lejano olvido. El camino se le estaba haciendo largo ... en realidad, su aislamiento mental había hecho que doblara la esquina un par de calles antes de la indicada. Así que cuando se dio cuenta del error tuvo que desandar y volver andar muchos metros. Antes de llegar, un pequeño establecimiento acristalado en cuyo escaparate lucían complementos y productos esotéricos le llamó la atención y pegó su nariz en el cristal. Observó a una mujer exuberante brindando su atractiva sonrisa a un cliente que había demandado su atención mientras tomaba su mano para según parecía desde fuera .... leer su pasado, presente o futuro.
   Aquello le hizo recordar contra su voluntad. Y la película donde se marcó su destino, ese negro destino que se había establecido en su vida comenzó a proyectarse en aquel mismo escaparate.
El principio del fin comenzó en aquella fiesta de disfraces de fin de año. Un cotillón programado a la una de la madrugada y que organizó su jefe de departamento, su superior inmediato, en el mismo edificio donde trabajaban. Probablemente, para limar asperezas imposibles de restaurar, sobre todo con él mismo, al fin y al cabo, habían ejercido de rivales en la lucha por conseguir el cargo que aquél superior ocupaba y que consiguió echando mano de alguna maniobra un tanto oscura. Fue curioso, el anfitrión no asistió a la fiesta que él mismo había preparado.
  A su esposa no le atrajo la idea de ir a aquél evento. Los dos últimos años, su vida conyugal se había deteriorado. Los problemas entre ambos habían ido quedando en el aire acumulándose para luego esparcer su arena por cada zona de la relación.  A los ojos de los demás aparentaban ser una familia feliz  y en el fondo, su pareja aun tenía fe en que la relación sanara. Decició marcharse solo pese al malestar que causó su salida en su esposa, en sus hijos y en el  resto de familia reunida aquella noche.
  Podía adivinar detrás de sus atuendos a todos aquellos amigos y compañeros de trabajo que asistieron, todavía podía visualizarlo ....  Se veía así mismo con su disfraz de bucanero a lo Jonny Deep en Piratas del Caribe. Y en medio del ruidoso barullo de gente, risas, bailes, brindis ..... estaba aquella preciosidad a la que no podía reconocer, embutida en un traje de adivina de alto standing. Pensó que sería familiar o amiga de alguno de sus compañeros pero por más que preguntó, nadie pudo aclarar su duda, nadie la conocía. El juego comenzó muy pronto, un juego peligroso que hizo saltar las primeras chispas con miradas constantes y sonrisas provocadoras. El, nunca había sido infiel pero aquella noche .... estaba deseando estrenarse pisando por primera vez en el terreno de la infidelidad. Notaba como su ego se iba alimentando  al comprobar que a sus 47 seguía atrayendo a las mujeres y además .... ¡¡ qué mujeres !!.
  Cuando la madrugada tenía el tiempo en sus manos y el alcohol había emborrachado la sangre de sus venas, ella, rebosante de sensualidad prendió el fuego haciendo honor a su disfraz de adivina divina. Tomó su mano sin permiso y entre risas y provocación se dispuso a leer su destino. Burlándose de la situación y deseosa de que el fuego comenzara a arder arrancó diciendo: "Oh, lo siento, tu futuro ..... tu futuro se ve oscuro, vas a perder a tu familia, perderás tu trabajo ..." pero él no la dejó continuar y mientras se acercaba para darle ese primer beso le dijo ..." dime que me voy a perder contigo ".
El cortometraje pareció cortarse. No quería recordar el abrazo definitivo del fuego aunque hubiera sido en su momento un deseo satisfecho repleto de placer.
   Durante un tiempo, tuvieron encuentros furtivos. Ella seguía siendo la dama misteriosa. Nada sabía acerca de su vida, pese a que siguió indagando entre los compañeros de oficina. Tan sólo conocía su nombre y no confiaba en que fuera el verdadero. Pero a él le bastaba, no le importaba acostarse con una desconocida. La relación que tenía con aquella mujer era realmente  un misterio lleno de pasión y erotismo.
   La primera quemadura levantó ampolla cuando su esposa se enteró de la aventura del infiel. Lejos de resolver sus diferencias de pareja, aquello terminó con la relación. A él, la separación no fue lo que más le preocupó, estaba claro que los últimos años habían sido muy problemáticos y si no hubiera sido por sus hijos hubieran llegado al mismo final hacía mucho tiempo. Lo que realmente  apuñaló su corazón fueros los niños, cuya edad les había permitdo entender lo que había sucedido y la rabia ante el sufrimiento de la madre y la traición del padre, les mantuvo psicológicamente alejados de él. Aunque el régimen de visitas les obligara a compartir con su padre parte de sus vidas, el tiempo que pasaban juntos estuvo falto de cariño por parte de ellos y vestido de malas caras y pocas palabras siempre repletas de reproches. 
   Poco tiempo después, el descubrimiento de la identidad de su amante adivina provocó la segunda ampolla. Debía ir al trabajo una hora antes. Una reunión en la oficina fue la culpable de que su despertador alarmara con más antelación de la normal. Cuando entró en el despacho del jefe,  la expresión de su rostro esbozó una muesca de temor. Empalideció en un instante y aunque quiso pronunciar palabra sus labios inmóviles se lo impidieron. Allí estaba ella, su apasionada y erótica compañera sexual.
" No hace falta que te presente a mi esposa ..., creo que ya os conocéis, y además  bastante bien por lo que me ha contado "  - le dijo su superior con voz firme pero relajada. Por razones más simples o sin razones mucha gente perdía su empleo cada día ...
   Después de un tiempo de adversidades, de ir tirando de malas maneras o como pudo ..... ahí estaba, con hijos mayores de edad que ya no querían saber nada de él, sin trabajo y sin un techo bajo el que cobijarse.
   Las lágrimas asomaron por sus ojos, aquello que tanto trataba de olvidar volvió a recordarle que le aguardaban unos cuántos tragos para fomentar la amnesia en su mente cinéfila y en su corazón herido.
   Esperó la salida del individuo que cataba los signos de su sino en el establecimiento y cuando  cruzó al exterior le preguntó: ¡ qué, como va a ser su futuro !!!. ¡¡¡¡ Y.... a usted que le importa !!! contestó el hombre.
   Ante aquella respuesta dio media vuelta y anduvo  los cuatro pasos que le separaban de su callejón. De rrepente justo cuando iba a cruzar el umbral  pudo escuchar ... "oscuro, dice que oscuro". Se giró de nuevo y dirigiéndose a aquél hombre espetó: " pues un consejo le doy no sea infiel y si  lo es  ... al menos mire con quien "

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