Scott Turow, abogado, fiscal y escritor de thrillers legales, autor de ´Presunto inocente´
IMA SANCHÍS - 22/11/2010
Tengo 61 años. Nací y vivo en Chicago. Estoy divorciado, tengo tres hijos y vivo en pareja. Tengo un bufete. El gobierno debe a todos los ciudadanos respeto y dignidad por igual. Me educaron como judío, sigo celebrando las fiestas tradicionales, pero soy agnóstico
Dígame una de sus verdades más profundas…
Que a pesar de los pesares lo que más desean los seres humanos es que les quieran; morimos por ello.
¿Ha visto amor en los tribunales?
Los tribunales son uno de los principales fracasos del derecho. Allí no puedes hablar de amor, y además se suele funcionar como si el amor no existiera.
¿Cuál es la realidad de la justicia?
La realidad del poder, así que al final es el poder el que determina lo que es real dentro del sistema judicial. Si sucedió algo y el sistema judicial decide que no sucedió, entonces en el sistema judicial no es real.
¿El dinero y el poder eluden con más facilidad la justicia?
Casi todos los pobres que son acusados de un crimen acaban en la cárcel, aunque algunos no son culpables; entre los ricos eso es infrecuente.
Se dedicó usted a la corrupción en las altas esferas.
Como fiscal y como abogado defensor. Cuando era fiscal, mi mujer me dijo que debería tener un rótulo en mi despacho que rezara: "Todos mienten, los clientes, los abogados de la defensa, a veces también la policía".
¿La mentira reina en los tribunales?
A lo largo de los años me han impresionado las maneras extrañas y sorprendentes que la gente tiene de acabar inventando cosas por su propio sentimiento de inadaptación.
¿A qué se refiere?
He visto a multimillonarios robar cantidades de dinero irrisorias, y no es por avaricia, es simplemente porque les parece que tienen que hacerlo. Hay una multitud de maneras con que la gente intenta superar su infelicidad, y eso me ha impresionado.
No entiendo eso de que tienen que hacerlo, tienen que robar.
A veces, porque quieren pensar en sí mismos como personas poderosas; a veces, porque se creen tan importantes que consideran que no tienen que seguir las reglas; a veces, porque, a pesar de todo, creen que otros tienen más autoconfianza y su manera de compensarlo es robando.
¿Desencantado de su oficio?
Bueno, en primer lugar, creo que en la mayoría de los casos el derecho se acerca bastante al acierto; pero tengo que admitir que el negocio del derecho me desasosiega.
Cuénteme.
Los abogados en Estados Unidos ejercen para ganarse bien la vida, no para hacer justicia, y eso inquieta. El tipo de sistema, un poco fábrica de hacer justicia, especialmente con la gente pobre, me preocupa. Pero cuanto mayor me hago, más reconozco que algunos de los problemas con el derecho resultan de la dificultad que todos tenemos a la hora de escuchar y entender al otro.
A veces tienen que defender a gente que saben que es culpable.
Si yo sé que un cliente es culpable, no le dejo testificar ante el tribunal que es inocente, pero eso no significa que no ponga a prueba la demostración propia del Estado.
Es un tema que ha trabajado en sus libros: que un culpable acabe libre.
Muy a menudo el sistema legal es moralmente desconcertante. Es desconcertante cuando un culpable sale libre y cuando un inocente es condenado, pero después de haber reflexionado mucho sigo pensando que es la manera correcta de hacer las cosas.
¿Por qué falla la justicia?
Hay jueces estúpidos, abogados incompetentes y malas leyes.
Usted dedica parte de su tiempo a defender a gente desfavorecida. ¿Qué cree que diferencia a los ricos de los pobres?
Los pobres no se merecen ser pobres, simplemente son pobres, y eso en sí mismo marca unas diferencias ingentes.
... Y lucha contra la pena de muerte.
Yo no creo que la ley sea jamás capaz de encontrar una manera de llegar sólo a los casos en que sea justo aplicarla. Y la realidad es que en mi país la gente que está en el corredor de la muerte son en una mayoría aplastante pobres.
A un abogado triunfador, ¿la moral es algo que le estorba?
Dudo que haya un abogado exitoso que pueda decir: "Nunca en toda mi carrera he hecho algo que no sea ético". Pero creo que se puede ser un abogado exitoso y ejercer éticamente.
Hay estudios que demuestran que el colectivo más infeliz es el de los abogados.
Sí, y hay muchos motivos: es un trabajo con muchas exigencias. Pero lo peor de todo es que siempre estás luchando contra alguien, es como un matrimonio en el que discutes todos y cada uno de tus días. Pero se gana mucho dinero, y eso, a veces, los hace todavía más infelices.
¿Por qué?
No se sienten realizados. En el día a día la vida de un abogado puede ser estresante y a menudo llena de rabia.
¿Por qué retomar la misma historia de Presunto inocente 20 años después?
Para responderme a la pregunta de por qué seguimos cometiendo una y otra vez los mismos errores.
¿Alguna conclusión?
Por un motivo u otro, las personas son incapaces de enfrentarse a lo que tienen que hacer para cambiar.
¿Cuál es la pregunta más importante que se ha hecho?
¿Puedo llegar a ser feliz?
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