Podemos controlar nuestros pensamientos, el pensamiento es un acto volitivo que implica un proceso intelectual. Podemos rechazar un pensamiento, o recrearnos en él, elaborarlo y llevarlo a la práctica, pero el sentimiento es algo mucho más etéreo.
Los sentimientos brotan espontáneamente, son como las tormentas solares de nuestra alma, están influidos por los campos magnéticos del aura, por nuestras vivencias y sobre todo por la herencia emocional que nos conforma. Podemos ocultar un sentimiento, sublimarlo o intentar ignorarlo, pero jamás podremos eliminarlo, lo único que podemos hacer es dejar que el tiempo apague esa llama o mantenga el rescoldo sin quemarnos. Luchar contra el es una forma de autodestrucción, un suicidio anímico que nos dejará una huella indeleble.
Yo distinguiría entre sentimientos y pasiones, las pasiones son tormentas viscerales en las que intervienen más las hormonas que el corazón, son muy intensas pero acostumbran a ser de corta duración, las pasiones pueden ser incendiarias como el deseo, destructoras y destructivas como el odio o como el rencor, y debemos luchar contra ellas si no queremos ser sus esclavos, pero los sentimientos son como esas avecillas que nublan el cielo y nos alegran con sus cantos, puede que a veces sean inoportunos , pero siempre son reflejos de nosotros mismos, la expresión de todo lo puro y autentico que atesoramos en nuestro pecho.
Dejemos volar nuestros sentimientos, porque jamás nos arrastrarán tras ellos, pero harán nuestro camino más luminoso y llevadero.
Juanmaromo
Juanmaromo
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