Me moriré antes de lo que debía ser por políticamente incorrecto o quizás por estúpido. ¡Quien sabe! Y quizás tendría hasta que ponerle una demanda a mis padres si estuvieran vivos o si me lo pienso mucho al estado como responsable civil subsidiario porque si muero antes de lo que debía es por culpa suya.
Me he pasado la vida comiendo con azúcar, disfrutando desde niño las golosinas y la bollería, agregándole sal a las comidas, saboreando la deliciosa grasa de la carne de cerdo, hartándome de rojas carnes de cadáveres animales, bebiendo vino y otras sustancias etílicas de mayor graduación, fumando puros o cigarrillos negros, cometiendo el sacrilegio de beber leche entera, degustando el pan con mantequilla al punto de sal, las fritangas y bocadillos, excitándome con el café puro y sin descafeinar, bebiendo el agua del grifo o de la fuente (¡Que delicia!).
He cometido el sacrilegio de dormir siestas, de hacer poco ejercicio apenas la vida me lo permitió o de pasar malas noches. He permanecido horas que suman años tumbado en una cama mientras me entontecía leyendo libros de literatura, filosofía e historia. Otra cantidad similar la he dedicado a oir música mientras no usaba unos auriculares para hacer deporte a la vez. He dedicado años a estar sentado escribiendo cosas que quizás nadie lea.
Durante años salí de cacería de sexo por las noches, a veces por las tardes e incluso por las mañanas. Reconozco que me he ido de putas y que con ellas he pasado momentos inolvidables en otras latitudes.
He maltratado el gusto que debí cultivar y democraticé mis preferencias o las he reducido incluyendo solamente a las altas, las bajitas, las gordas, las flacas, las rellenitas, las morenas, las rubias, las pelirrojas, las negras, las blancas, las chinas y las mulatas, las ricas, las pobres y las de clase media.
Más tarde las extendí a los diversos niveles culturales y si no lo he extendido a mi propio sexo es porque ya no me da tiempo para si la experiencia es satisfactoria cultivarla.
En resumen, que me gusta beber, que fumo, como con grasa, bebo el café expreso, me encantan las carnes rojas y aún a mi edad disfruto cuando veo un cuerpo joven y si lo tomo mucho más aún.
Dicho esto he decidido que como no me arrepiento de vivir como he vivido ni pienso cambiar no haré ninguna reclamación a nadie aunque me vaya a morir antes de tiempo. Pueden estar tranquilos.
DERALTE
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