viernes, 22 de octubre de 2010

LA ÚLTIMA FAENA

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La mirada de Hermoso de Soria se paseaba embelesada por aquella plaza repleta como nunca: ¡Seis Humanos Seis! anunciaba el cartel.
En el centro del ruedo, se giró en redondo, saludando con su pulida cornamenta al público, siempre enardecido e incondicional, ansioso de espectáculo. Sonreía satisfecho, por fin, la cima sería suya. Brindó la faena a Lila Azul, la gran bestia de los escenarios y con la que pretendía rematar el festejo de aquella tarde.
Con garbo, se dirigió hasta la puerta de personiles, saludó al juez de plaza. Acto seguido, hincó las dos patas delanteras, resopló y esperó, con admirada valentía, la salida del primer humano de la tarde: Manolo González, de ciento doce kilos, procedente de la afamada humanería Miura Bravo. La ovación se hizo una sola voz: ¡Olé, humanero!
Pero la suerte ―esa puta que se va con cualquiera―  le dio la espalda en su último humano: Fran, de ciento tres kilos. Con descomunal barbarie, el astuto humano logró engañar a tan experimentado humanero, consiguiendo desnucarle contra el burladero que, tristemente, quedaba justo debajo de la que iba a ser su futura hembra.
De nada sirvieron los intentos del médico de la plaza, el Dr. Rivera. Dando las diecinueve horas y once minutos, certificó el fatal desenlace.
Fran fue indultado y devuelto a la humanería, donde pasará el resto de sus días, destinado a perpetuar sus genes como semental de tan salvajes especimenes…

http://alejandradiazortiz.wordpress.com/2010/10/21/la-ultima-faena/

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