Te crees sabio porque lo ignoras todo
porque te ignoras a ti mismo
porque no ves de cerca ni de lejos,
pero tu ciencia es tan solo una brizna
que brota en la selva de la vida,
un espejismo en el que te recreas y te pierdes.
Todo tu saber no es ni un grano de arena
en las playas inmensas del misterio
y golpeas tu pecho con soberbia
cuando la luz te ciega como a Saulo.
Mejor harías recogiendo hiervas
descendiendo del pedestal en que te aíslas
y mezclándote con la gente a quien desprecias
para aprender viviendo.
Mejor harías desnudando tu mente de prejuicios,
tu cuerpo de medallas,
afrontando la imagen del espejo
que ignoras o disfrazas,
buscando la verdad en tus adentros
cerrando los ojos para ver más claro.
Pero sigues creyéndote infalible
viviendo en tu caverna de sombras y quimeras
tus pequeñas verdades, son la inmensa mentira
la ciénaga donde ocultas tu ignorancia
y escondes tus miserias.
Te proclamas dios
pero apenas alcanzas a ser un pobre diablo.
JUANMAROMO
No midas a todos por el mismo rasero.
ResponderEliminarUn bico.
No, reina, me estoy refiriendo a esas "eminencias" que ni te escuchan ni te miran ni te ven. Son los portadores de la verdad, y tu oponion, tu sufrimiento no les importa. Por desgracia la burocratización de la medicina y la mercantilización de la sanidad, ha despojado a muchos médicos de los valores éticoa y profesionales que deberian tener. No son todos, pero hay muchos, en nuestro via cricis con la fibromialgia, hemos conocido a demasiados.
ResponderEliminar¿Pero no es eso, todo eso que tú dices, una parte del ser humano?
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