Te arranqué de mí alma con mis manos crispadas
de un tirón suicida y asesino,
me desangré en lágrimas de fuego
y agonicé en la tiniebla de los siglos.
Te arranque de mi pecho destrozado
y mi corazón se fundió de tanta pena
el dolor me quemaba la entrañas
y las espumas hervían por mis venas.
Han pasada mil vidas, se han secado los mares
que llené con mi llanto,
y ha quedado un desierto de sal en mis ojos
y un puñado de nadas vacías.
¿Dónde estarás ahora?
¿En qué océanos zozobrará tu vida?
A veces te sueño despierto
y me herida se abre como fruta podrida,
otras veces te vivo dormido
y todo yo me enciendo y me consumo
en el fuego de tu deseo aciago.
He muerto mil veces desde aquella noche
y me he negado mil más por no seguir tus huellas
por no arrastrarme detrás de tus oasis ardientes
pero a veces aun te añoro, niña
y una lágrima dulce purifica mi alma.
JUANMAROMO
Puf...cuanta gente se siente así.
ResponderEliminarGenial maestro, genial.
Es la fruta podrida del amor prohibido, del amor de contrabando que acaba destrozándonos el corazon. Bicos reina
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