Hace unos días, acompañé a Gloria al departamento de Hematología del Hospital Clinic de Barcelona, una hora y media de espera y el temor a una extracción potencialmente dolorosa hicieron que los últimos minutos fueran de una relativa tensión. Un pasillo estrecho por donde apenas cabían los carritos de los auxiliares, y que desde luego, no permitía el paso de una silla de ruedas, no facilitaba en absoluto la relajación.
Durante la última media hora tuvimos que levantarnos en numerosas ocasiones para permitir el paso de camillas y sillas de ruedas imposibles de transitar por tan angosto pasill., pero algo nos tranquilizaba, a pesar del presunto dolor que parecía conllevar la operación, no oímos grito ni lamento alguno, tan solo las voces amables y tranquilizadoras de las enfermeras a cargo del departamento.
Siempre tendemos a quejarnos del mal servicio y de los malos tratos de los profesionales de la sanidad, pero en este caso escribo este post para agradecer a estas magníficas profesionales y mejor personas, el trato humano, cariñoso y tranquilizador, ese trato que esperamos recibir cuando llegamos a la consulta o a la camilla, acongojados y presos de nuestros miedos.
La praxis de la operación fue impecable, pero lo más importante fue esa sensación de hallarte en buenas manos, esas voces tranquilizadoras, esas miradas amables, esa mano que toma la tuya y te infunde confianza.
Durante la media hora que estuvimos esperando delante de la puerta, solo pudimos observar muestras de amabilidad y cariño hacia los pacientes, consuelo y sonrisas, que en esos momentos se nos hacen tan necesarios-
Hoy, desde aquí, queremos felicitaros y agradeceros vuestra profesionalidad, vuestra eficiencia, pero sobre todo esa humanidad sin la cual todo lo demás no sirve de nada. Ignoro vuestros nombres, pero, señoras del departamento de Hematología del Hospital Clínico de Barcelona, quiero deciros que estáis haciendo algo importante, que vuestro trabajo os dará muchas satisfacciones, porque sois un ejemplo y una esperanza de que no todo en la sanidad pública está perdido.
Gracias de todo corazón.
Gloria y Jose Luis
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