Es impagable el documento publicado por EL PERIÓDICO del argumentario que la sede de Génova ha pasado a los cargos del partido para defenderse de cualquier acusación y todo vínculo con la financiación irregular del PP. La táctica es muy clara. Aguantar el chaparrón. Y esperar. Saben que todo pasa. Saben que después de la tempestad, también en política, viene la calma. Por eso se aferran al ejemplo de Valencia. Pese a todos los trajes de Francisco Camps y todo el hedor de la corrupción, la fidelidad de los electores les ha permitido seguir mandando. Han creído que la corrupción no desgasta. Con casos como el de RoldánCorrea, el Bigotes y algún otro pececito más gordo, y después la crisis y el desgaste de Zapatero harán el resto para llevarlos a la Moncloa. Y quizá tienen razón. Mientras, pasan el trance y da la impresión de que les parece bien que todos nosotros nos detengamos a mirar la lista de regalos, estremeciéndonos con un bolso de 700 euros, un Cartier de cojón de mico o cualquier gadget del catálogo del perfecto pijo. El chocolate del loro.
XAVIER Bosch
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