Has salido aullando como un chacal vencido,
has huido arrastrando tu panza por los suelos
sin mirarme a la cara, sin mirarte al espejo
y una lágrima se ha escapado de mis ojos.
Pero no saques pecho, que por tí no he llorado
si no por lo que eres y te crees que eres.
Llegué a quererte un poco, lo confieso
te presté unas fichas del casino
para jugar conmigo, y las perdiste
apostándolo todo en otras mesas.
Mal te ha ido tahúr de medio pelo,
para jugar hay que tener redaños
y por tener, no tienes ni colgajos,
ni dignidad ni hombría ni badajo.
Revuélcate con tus perras descastadas,
ellas se pondrán gustosas panza arriba
o te ofrecerán el trasero agradecidas.
Pero no aspires a mujer que te merezca
Fornica con tu harén de zorras viejas,
y no te acerques, que volveré a morderte,
que volveré a escupirte mi desprecio
SHEMIRRAMIS
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