Cuando os conocí, erais duros, altaneros y altivos,
me mirabais retadores con ojos erectos
y levantabais el vuelo cuando mis manos pretendían celaros.
Jugabais con mi deseo y os gustaba mostraros
poderosos y firmes a través de vuestros velos.
Saltabais de júbilo cuando me veíais intentar alcanzaros,
pero vuestro vuelo era raudo y mis alas no llegaban tan alto.
me mirabais retadores con ojos erectos
y levantabais el vuelo cuando mis manos pretendían celaros.
Jugabais con mi deseo y os gustaba mostraros
poderosos y firmes a través de vuestros velos.
Saltabais de júbilo cuando me veíais intentar alcanzaros,
pero vuestro vuelo era raudo y mis alas no llegaban tan alto.
os posasteis una tarde en mis manos
y os tornasteis tiernos, mimosos, perfumados.
Mis manos temblaban cubriendo vuestro nido
y mis labios a penas si osaban rozar vuestros picos acerados.
Os sentía vibrar como palomas cautivas en mis dedos
y mi lengua calmaba vuestra sed con creces
y brotabais de nuevo y florecíais
ante el calor de mi boca enamorada
desprendiendo un perfume que prendía mi cuerpo
como una antorcha impregnada en brea.
vuestro plumón es suave, vuestros picos dulces,
oléis a miel y a leche con canela
y mis manos aún tiemblan cuando os celan,
Y mi cuerpo se encrespa cuando huís del nido.
Hoy me quedo dormido en vuestro alero
con la boca prendida en vuestros ojos,
pajarillos divinos que me eleváis al cielo
cada vez que en mi boca, levantáis el vuelo.
JUANMAROMO
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