martes, 1 de septiembre de 2009

UNA TARDE CON LINA ZERÓN


Ayer fue un día feliz, después de unos meses, de nuevo pudimos disfrutar de la compañía de Lina Zerón. Apareció bella, radiante, con esos ojos que iluminan cuanto miran y con ese magnetismo que te atrapa y ya no te deja escapar.

Fueron unas horas de charla, de confidencias, unas horas que parecieron segundos pero que nos aportaron una caudal de emociones y sentimientos imposible de cuantificar y menos aún de olvidar.

Lina está en el momento cumbre de su carrera personal y artística. Es una mujer de una fuerza arrolladora con la agenda repleta de proyectos, y el corazón henchido de amor por la tierra y por la gente, una mujer comprometida con su tiempo y coherente con su obra, algo que por desgracia no abunda en estos tiempos del “tanto vendes tanto vales”. Su obra es universal y profunda, tiene dos novelas a punto de ver la luz, y varios proyectos en gestación.

Acaba de llegar de una gira de varios meses por el continente europeo, en la que ha estado impartiendo conferencias y recitales en las principales universidades y tras una estancia de dos semanas en Barcelona, partirá hacia México donde le esperan acontecimientos de primera magnitud.

Lina es una de esas personas que imprimen carácter, su humanidad y su carisma hacen de ella una mujer irrepetible. Ha escalado los puestos más altos en la poesía contemporánea, pero algo me dice que tarde o temprano, hasta la academia sueca se rendirá ante su obra.

El tiempo me dará la razón.

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