Se ha callado el cantor, ha enfundado la guitarra
asqueado de oír sus propios ecos,
y ha seguido el camino hacia la nada.
No pudieron callarle los generales
ni el dictador necesitó de la tortura,
lo callaron los sicarios del bajo vientre
la telebasura apestosa,
la pornografía de lágrima bastarda.
Los triunfitos firmaron su sentencia
y el pueblo convertido en plebe
le negó los oídos.
Se lleva consigo siglos de quejumbres
de clamores, de llantos, de protestas
pero a nadie interesa los poetas.
Se ha callado el cantor, ya no habrá nadie
que pelée el salario del obrero
porque ya no hay obreros
solo quedan esclavos del denario,
iscariotes del voto,
mercenarios de la poltrona,
y condenados a hipoteca perpetua
lamiéndose las heridas ante una pantalla
que salpica mierda e idiotiza el alma.
Se ha callado el cantor, se hizo el silencio
ya podemos revolcarnos en el fango
sin escuchar más milongas cojoneras.
Juanmaromo
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