Me pesan las cadenas con que celas mi amor,
la lluvia de plomo en mis alas,
las mezquinas sospechas que me espían.
Yo no puedo volar hacia ti
con las plumas cargadas de reproches
con los ojos cegados por tu esquiva mirada,
y te observo de lejos, cada vez más distante
cada vez más difusa.
Hubo un tiempo que volábamos juntos
dibujando piruetas contra el cielo,
nos elevábamos hacia el firmamento
y picábamos encendidos el uno sobre el otro
como Ícaros en celo.
Pero ahora te veo acecharme
desde lo alto de tu atalaya
controlando mi vuelo y olvidando el tuyo
y me niego a seguirte como un ganso
porque nacimos halcones peregrinos
y no aves gregarias , porque tu no eres
gárgola furiosa ni yo un canario dentro de tu jaula.
JUANMAROMO
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