Quiero llorar hasta devolver
su sombra a los muros,
desollarme en llanto,
volverme cruel como chacal
y arrancarme a pedazos la carne
para escuchar su nombre
y contener el dolor de su cama vacía,
el recuerdo de sus ojos,
el candor de su sonrisa.
Quiero llorar,
volverme mercurio,
vomitar culebras
inviernos crudos
tirada boca abajo en la tierra.
Quiero llorar océanos negros.
Era tan hombre y niño a la vez,
Infantilmente maduro.
Dios mío, cómo aceptar que se haga Tu Voluntad
Cuando me has mutilado este hijo.
Por Lina Zerón
Hola cielo, precioso poema, Lina es maravillosa casi como tu.
ResponderEliminarMe da mucha pena no leerte desde La Comunidad, ha perdido a un gran escritor.
Un besazo y aqui me tienes..