...para la guerra sin cuartel que nos espera
no tengo otro arsenal
más que el amor...
Nos lanzaron sin miramiento
al cotidiano oficio de querernos
al tiempo del lavabo y del cepillo
a la espuma del baño
a las noches de almohadas compartidas
al espejo común
en que la desnudez rasga sin compasión
los velos del misterio.
Pareja humana somos
cuerpos de luz y de estropicio
de suculentas cenas e igualmente complejas
digestiones
Bajo las sábanas huele el sexo, el sudor, lo ingerido,
y en la mañana a veces
el vino duerme rancio en la boca asomado a los besos.
Esto y mucho más sobrevivimos
aprendemos el gusto de lo usado y sabido
el consuelo del gesto adivinado
las mañas, la manera de acomodarnos en la cama
los ruidos, los ronquidos incluso
el peso de los pasos cuando se va o se viene
el relieve morboso con que cada uno labra su trinchera
y protege su pequeña ventana donde mirar la luna
sin ser visto
Redondo es el círculo de la intimidad
y asombroso el arsenal del amor
que con fallidas piedras
erige su castillo
y lo defiende.
Gioconda Belli
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