Caroline, es la violoncelista de Loreena, pero tiene personalidad propia y una calidad que la hace trascender en todos sus conciertos. Aparece en el escenario amagada tras su melena rubia, abrazando con sus muslos el cello.
Parece una figura decorativa, pero cuando levanta la cabeza y su brazo derecho empuña el arco, comienza el espectáculo. Realmente hace el amor con su instrumento, arrancándole gritos, susuros y hasta alaridos de placer. Toda ella se ilumina mientras las notas brotan de sus cuerdas como un torrente de mágico que nos envuelve en un climax del que no quisieramos despertar. Os dejo dos ejemplos de su arte, independiente de su trabajo con McKenitt.
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