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viernes, 29 de mayo de 2009

PÁGINAS MUERTAS





Esa lucha constante entre el quiero y el puedo,
ese tiempo baldío, esos años desiertos.
Esa búsqueda a ciegas escarbando el destino,
esas uñas del alma enterrando deseos.
 

Esa espera angustiosa del que ya nada espera.
Esa gélida calma que presagia tormenta.
Esos ojos hundidos de vacía mirada.
Esas manos sangrientas arañando la piedra.

Cada día que pasa, una página muerta
se desgarra del libro que en mis manos se cierra,
con las tapas raídas, y la tinta borrada
por las lagrimas negras de mis ojos en vela.

Pero mojo mi pluma en tu cuenco encarnado
Y retomo el camino de las hojas en blanco
dibujando tu cuerpo luminoso y cercano,
que se ofrece a mi abrazo como al último abrazo.
Juanmaromo





EL CAFÉ TENDRÁ QUE ESPERAR




Acababa de levantarme, eran las doce del mediodía y necesitaba úrgete mi dosis de cafeína. Me lavé la cara con agua fría para intentar despejarme, nos habíamos acostado a la cuatro y aun llevaba la caraja colgando. En ese momento entraste en el cuarto de baño, llevabas esa camisita blanca que mostraba tus muslos poderosos y suaves, e insinuaba el nacimiento de tus pájaros de fuego. Te acercaste a mí y me besaste en los labios, en ese momento me envolvió ese mágico aroma que solo tú emanas y supe que el café tendría que esperar un buen rato.
A pesar de tus protestas, te volteé, e introduje mi mano por entre tus braguitas acariciando tus nalgas en profundidad mientras te besaba el cuello dulcemente. La resistencia apenas duró unos segundos, mi mano profundizó por el desfiladero, y pronto llegué a tu valle encantado.
El bosque cálido y empapado me condujo hacia la cueva de los placeres, de la que manaba el agua de la vida. Mi mano derecha ascendió por tu vientre, y comenzó a escalar las montañas de fuego hasta encontrar cráteres ardientes, que amenazaban con entrar en erupción.
Mi mano izquierda trabajaba al unísono tu pistilo y tu ojo dorado, que apenas oponía resistencia al avance de mi dedo, mientras mi ariete se restregaba furioso por entre las mejillas macizas de tu espalda. Te alcé entre mis brazos y te deposité en la cama con las piernas extendidas mostrándome tu flor en plena primavera.
Me desplomé entre tus muslos, y mi boca se enredó entre tus grandes pétalos mientras mi lengua se sumergía en tu cáliz buscando el pistilo, solo podía oir tus gemidos de placer y sentir las convulsiones de tu vientre , mordí tu monte y mis labios aprisionaron los pequeños sépalos mientras me bebía sus jugos con avidez. Cuando empecé a notar tus convulsiones, introduje mi dedo en las arenas movedizas, mientras te mordía los pezones con sádica suavidad, lamiendo tus axilas y recorriendo las areolas con la punta de mi lengua incendiada.
De repente noté que el terremoto era imparable, dirigí mi mástil hacia tu puerto y lo clave hasta la arboladura, una y otra vez, mientras tu aullabas y gemías con la piel al rojo vivo.
De repente un maremoto me arrasó el cuerpo, surgiendo de mi sexo me inundo el cerebro hasta hacerme perder la noción del tiempo, sentí un caudal de fuego escapar de mis entrañas mientras lamia con locura tus pechos que brincaban como queriendo levantar el vuelo.
Me desplomé a tu lado y me enredé entre tus brazos y tus muslos mientras te besaba los ojos y los labios con dulzura. El café no llegó hasta bien avanzada la tarde.

jueves, 28 de mayo de 2009

INGENIERIA FINANCIERA

En una pequeña ciudad todos tienen deudas y viven a base de créditos.

Un buen día llega a la ciudad un forastero y entra en un pequeño hotel con encanto. Pide una habitación, y la recepcionista le pide una T-Visa o 100 euros como garantía o fianza, y el forastero entrega un billete de 100 euros.

El jefe del hotel agarra el billete y sale corriendo a pagar sus deudas con el carnicero.

Este coge el billete y corre a pagar su deuda con el criador de cerdos.

El gorrinero a su vez se da prisa a pagar lo que le debe al proveedor de pienso para animales.

El proveedor coge el billete al vuelo y corre a liquidar su deuda con la prostituta a la que hace tiempo que le debe un servicio. (Cómo será la crisis, que hasta la prostituta ofrece servicios a crédito).

La prostituta coge el billete y sale para el pequeño hotel donde debía la habitación de los últimos trabajos a algunos de sus clientes.

En este momento baja el forastero, que dice que no le convence la habitación, recupera el billete y se va de la ciudad.

Nadie ha ganado un duro, pero ahora toda la ciudad vive sin deudas y mira el futuro con confianza.

LA CONTRA (La Vanguardia)

Albert Fert, premio Nobel de Física 2007
"Cuando era joven temía a las otras personas"
IMA SANCHÍS - 28/05/2009

Tengo 71 años. Nací en Carcasona y vivo en París. Estoy casado y tengo dos hijos. Soy catedrático de la Universidad París-Sur y director del Centro Nacional de la Investigación Científica (CNRS). Soy de izquierdas. Mi sentimiento espiritual es el de pertenecer a la humanidad

No tiene usted tarjeta de visita...

No, para mí las relaciones son personales.

¿Hijo del Mayo del 68?

Sí, lo viví y participé en París. Pero si le he de ser sincero, había algo infantil en aquella reacción masificada.

¿?

No me malinterprete: el 68 fue la ocasión para que una gran masa de gente reclamara más independencia y libertad, pero yo esa revolución ya la había hecho 10 años antes.

¿Familia de científicos?

Pertenezco a una familia de campesinos. Mi padre era un maestro de primaria que estudió hasta doctorarse en Física. Me transmitió el rigor personal y científico.

... ¿Y el amor a la física?

Para mí, el valor superior era la literatura y las artes; estaba muy influenciado por un profesor que cada día lamentaba haber nacido en el siglo XX y no en la Grecia clásica.

¿Qué pasó?

Fui práctico, sabía que para encontrar un trabajo me sería más fácil con una formación científica. Y quería abandonar Toulouse e ir a París, y la mejor manera era preparándome para al examen de ingreso de las mejores universidades de París.

Curiosa historia para un premio Nobel.

... Cuando empecé, la física me parecía una ciencia dominada por una colección de leyes y teoremas; de hecho, me dedicaba a hacer cine y llegué a rodar un drama romántico ambientado en la guerra.

Igual nunca le ha apasionado la física...

Descubrí que la física también podía ser un espacio de creación cuando hice la tesis doctoral. Entonces entendí que un joven investigador podía adentrarse en campos desconocidos, y me apasioné.

¿Pudo aplicar el arte a la física?

La imaginación es básica en ambas disciplinas, pero no es el mismo tipo de imaginación. El arte, la literatura, trata sobre los problemas humanos, y la física, sobre problemas abstractos. Para mí, la física tiene cierta belleza; lastima que no puedas compartirla con mucha gente como la literatura.

Las cabezas de lectura de todos los ordenadores del mundo son cosa suya.

Sí, pero la tecnología es anónima…

Cada vez que encienda el ordenador o escuche el iPod pensaré en usted. ¿Qué le gustaría que pensara?

Piense en mí pero no por el intermediario, el iPod, sino porque está escuchando buen jazz, otra de mis pasiones.

¿Qué edad tenía cuando descubrió usted la magnorresistencia gigante (GMR)?

Cuarenta y nueve, pero la física es un largo proceso, aunque en este caso tuvo una rápida aplicación industrial: el disco duro, el sistema de frenos ABS o la miniatura del iPod, y enel caso de la medicina ha permitido mejorar la detección de cánceres.

Al GMR llegaron simultáneamente usted y Peter Grünberg… ¿Se pelearon?

En física hay muchas relaciones de competencia, pero con Peter hubo desde el principio buena relación y no, nos peleamos por la autoría del descubrimiento, que es lo que habitualmente sucede. Ocurrió entre Montagnier y Gallo con el virus del sida. Y a veces las disputas no son muy honestas... En nuestro caso, ambos recibimos el premio Nobel simultáneamente y tan contentos.

¿Qué representó, para bien y para mal, convertirse en Nobel?

Tuve que compartir mi amada vida de científico tranquilo al que le gusta reflexionar y discutir con los colaboradores, leer artículos y aprender desde el pequeño laboratorio que dirige… con otras responsabilidades que cada vez me requieren más tiempo.

¿De qué se trata?

Los políticos franceses, por ejemplo, me piden mi opinión sobre cuestiones de organización de la ciencia. Hoy estoy aquí, en el Liceo Francés de Barcelona, para motivar a los jóvenes en el campo de la ciencia. Este tipo de cosas, necesarias, me ocupan mucho... Y aquí estoy con usted.

Lo siento.

Pero tengo claro que el Noble es el premio a un progreso colectivo, y que debo parte de este premio a la colectividad. Entonces, cuando un colega estadounidense me dice que debo ir a tal congreso a explicar algo, pues me siento obligado.

Ha rechazado usted muchos cargos.

Sí, de dirección y asesoramiento. No me gustan las reuniones de política científica.

¿Qué ha entendido a lo largo de estos 71 años de vida?

Que uno debe seguir sus sentimientos tanto en la vida privada como profesional. Saber exactamente lo que uno tiene ganas de hacer, y elegir.

¿Buenos y pocos amigos?

Cuando era joven tenía miedo de las otras personas, era tímido. Ahora tengo una visión más global, sé que hay mucha gente con la que podría compartir mis sentimientos, pero la tendencia es la tendencia… Pero todavía no estoy muerto pese a los 71 años.

Está estupendo.

Tengo muchos proyectos por hacer, pero si miro hacia atrás, lo que más me satisface es haber creado el equipo humano con el que llevo trabajando 15 años. Lo pasamos bien.

¿A qué se dedican?

Investigamos un nuevo tipo de electrónica, la espintrónica, otro de mis descubrimientos, que permitirá una nueva generación de comunicación y de emisión de las ondas de radio.
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miércoles, 27 de mayo de 2009

DIAS AUSENTES



Hay días en los que flotas, o quizás te hundes
en la fría corriente del hastío.
Intentas nadar
Y los brazos te agarrotan el alma.
Días húmedos y pegajosos
en los que el frio te oxida la voluntad
Y los huesos crujen, negándose a moverse.
El espejo se entela ante tus ojos
y las escaleras se voltean a tu paso.
Días grises que se convierten en años grises,
Pasados tenebrosos que asoman en el horizonte
Amenazando con repetirse.
Pero el huracán te empuja
Y la marea te arrastra mar adentro
donde acechan los tiburones de la desesperanza.
Días en que la vida nos abandona
Como a hijos desahuciados,
Días en los que la muerte parece sonreírte
Pero que se aleja si pretendes abrazarla
Como una mujer hermosa que juega contigo
Sabiendo que tarde o temprano
Dormirás en sus brazos.

JUANMAROMO

LA CONTRA (La Vanguardia)

Svetomir Ivanovic, neurocirujano en la guerra de los Balcanes
"Aquel piloto español me juró que él no nos bombardearía"
LLUÍS AMIGUET - 27/05/2009

Nací en Kosovo, que sigo considerando serbio. Tengo 65 años y llevo 20.000 operaciones - 3.000 en guerra-realizadas durante 38 años. Casado, dos hijos. Fumo. La gran lección de nuestra guerra es que no se puede castigar a todo un pueblo por los crímenes de un hombre

Nadie fue inocente en los cinco años de nuestra guerra, que acabó siendo una carnicería civil.

¿Tiene usted alguna explicación?

Mi abuelo fue general, yo sólo soy médico. Lamento que no hayamos encontrado la forma de convivir tres religiones: la ortodoxa de los serbios, la católica de los croatas y la musulmana de algunos bosnios...

¿Cuál fue su peor momento de guerra?

Ver a los niños operados sin anestesia por un bloqueo. Verlos sufrir y agonizar y morir en Bosnia, en el frente, en Belgrado. Aún nos llegan niños al hospital con secuelas de los proyectiles radiactivos.

¿Cómo se ejerce la cirugía en guerra?

Con improvisación, claro: improvisas. Aprendes que un medicamento casi sustituye al que falta y que con un foco bien situado se ilumina casi como con dos y cómo hacer sobrevivir con menos transfusiones...

¿No recibían ayuda humanitaria?

El primer año, muy poca. Luego, mucha de los japoneses, pero sobre todo aprendes a no necesitarla, hasta constatar que, no es que no haga falta, pero puede sustituirse.

¿Cómo?

La necesidad reemplaza a la tecnología. Se consiguen a veces curaciones casi milagrosas que salen de ti mismo: tú eres el milagro propulsado por esa sensación de estar al límite de lo posible. Operas día y noche...

¿Cuánto?

Cuarenta y ocho horas seguidas. Lo he hecho. Y después no hay descanso, sólo una especie de siesta. Y otra vez al quirófano.

¿No es peligroso para los pacientes?

Claro, en circunstancias normales lo es. Pero estás en guerra. Ellos son lo único que tienes y tú eres lo único que les queda. No hay alternativa ni para ti ni para ellos. Eso, paradójicamente, te confiere de repente una curiosa sensación de poder y libertad.

¿En qué sentido?

Estás allí y después de ti sólo está la muerte, de modo que todo lo que hagas será a favor de la vida. Así curé a una paciente de Mostar que había sido desahuciada por tres equipos médicos humanitarios antes de llegar a mi quirófano. Sólo había tiempo para las soluciones arriesgadas, y ella necesitaba una.

¿Qué hizo usted?

Abrí en tres sitios a la vez - una audacia-y, a la semana, la mujer estaba en su casa.

¿No sucede así en tiempo de paz?

Es diferente. Y no es que no experimente: he publicado en Lancet y revistas de neurocirugía; asistí a clases en la Harvard Medical

School y en escuelas médicas de Alemania y Rusia, pero nunca practiqué medicina como bajo las bombas.

Por ejemplo.

Tengo un joven y brillante colega en mi hospital de Belgrado. ¿Sabe cómo lo conocí?

¿. ..?

Llegó casi muerto a mi quirófano, pero su padre se negaba a que lo operáramos.

¿Por qué?

Aquel buen padre estaba confuso y algo agresivo. Ahora somos amigos, pero entonces tuve que llamar a la policía para que lo echaran. Operé como yo pensaba, y hoy somos amigos y el chaval, un buen médico.

¿Cuándo?

Recuerdo el bombardeo del centro de Belgrado por los aviones de la OTAN en 1999. Yo estaba operando en el hospital, allí en el centro mismo, junto a los cuarteles generales - esa era nuestra desgracia-de la policía y el ejército serbios bajo las bombas.

Algunos pilotos españoles participaron en aquellos bombardeos.

Salvo uno que me prometió que rechazaría la misión, que no nos bombardearía.

¿Cuándo? ¿Dónde?

No le puedo decir más. Se lo prometí. Estábamos en el frente y nos necesitábamos.

En Belgrado también estaba Milosevic.

No podemos aceptar un castigo colectivo por los actos de un individuo y su grupo; del mismo modo que las sanciones económicas sólo castigaron a los más desprotegidos, diez millones de ciudadanos y uno de refugiados. Tampoco se puede demonizar a todo un pueblo por las acciones de un hombre o de su grupo de afines.

¿No se sentían de algún modo, ustedes los serbios, responsables?

La demonización de un pueblo es el más efectivo de los ataques militares y es más barato: sólo necesitas a los medios. De repente, nuestra autoestima se derrumbó y empezamos a creernos culpables de nuestra propia desgracia. Y si no éramos culpables, ¿por qué entonces todo el mundo estaba de acuerdo en que sí lo éramos?

¿Todas las personas a las que intervino usted merecían que las curase?

Nunca fui nacionalista y no dejé nunca - y de eso estoy más orgulloso que de ningún mérito clínico-de ser persona antes que nada. A mi mesa de operaciones llegaron más de 3.000 heridos durante aquellos años. Yo los operaba de día y noche sin saber ni querer saber a qué bando pertenecían.

¿No es ese el juramento hipocrático?

Desde luego, y además no era tan difícil de cumplir después de todo. Al fin y al cabo, debajo de los uniformes, debajo de nuestro cráneo, los cerebros son los mismos.

¿Qué planes tiene ahora?

Estoy construyendo en Belgrado - con tecnología japonesa-uno de los mejores centros de medicina privada de Europa. Ojalá pueda acabarlo, pero me temo que esta paz es inaceptable para los serbios.

LOS PADRES MOLESTAN




JOAN BARRIL

La llamada reforma de la ley de salud sexual, también conocida como ley del aborto, ha sacado a la luz algunos aspectos de la controvertida mayoría de edad. Se enfrentan dos concepciones cada vez más alejadas. Una de ellas es la que considera que las responsabilidades de los jóvenes son cada vez mayores y a edad más temprana. La contraria se plasmaría en una actitud sobreprotectora propia de una adolescencia demasiado larga.
En el fondo de la cuestión está la presencia de los padres, que en el caso del aborto a los 16 años puede desaparecer. Ese es el segundo principio que puede caer con la aprobación de esa ley. Se nos propone que, para un aborto a los 16 años, los padres no hace falta que estén ni siquiera informados. La consellera Marina Geli insiste en la pintoresca propuesta de que las chicas en trance de aborto puedan ir acompañadas por una persona adulta, que, por lo visto, jamás estará tan mal vista como los padres.
En todo este lío, ya no se trata de rebajar la mayoría de edad de los jóvenes a todos los efectos. También aparece un nuevo elemento: la extinción de la responsabilidad parental. Esa reforma propone que se sea padre hasta los 16 años. A partir de aquí, las relaciones paterno-filiales van a verse determinadas por la voluntariedad y esperemos que por la cordialidad. Y es que esa reforma, que con tanta algarabía nos propone el Gobierno, puede conllevar no pocas contradicciones. Hasta ahora, la responsabilidad subsidiaria de los padres era evidente. Su hijo de 16 años, en un alarde de barcelonismo mal entendido, se dedica a cargarse los cristales de los escaparates. El heroico gamberro es detenido por los Mossos. ¿Quién creen ustedes que va a pagar los desperfectos? Ese mismo menor es multado por la posesión o por el consumo de una china de hachís y ya ven a los padres rascándose el bolsillo. Los tutores del instituto llaman a los padres para informarles del bajo rendimiento escolar de su hijo. ¿Se imaginan a esos padres diciendo que ellos ya no tienen nada que ver con su hijo porque él considera que puede hacer lo que le plazca sin informarles?
En esa ausencia forzada de la figura paterna solo ante el derecho del aborto a los 16 años se abren muchos vacíos y no pocas dudas. Si usted, padre o madre, acude a un hospital público ante la sospecha de una apendicitis de su hija, será informado de las consecuencias posibles de aquella intervención y le pedirán la autorización. Se la pedirán a su hija y también a usted. La apendicitis reconoce a los padres una tutela y un derecho a la información que el aborto les niega.
Pero vamos un paso más allá. El hecho de ser padres no implica ser buenas personas. Imaginemos que su hija se acoge a esta ley y se somete al aborto acompañada, eso sí, por la profesora de gimnasia o por la portera del inmueble, pero en ningún caso informando a sus padres. Toda intervención quirúrgica, incluso las menos complicadas, puede desembocar en una complicación. Imaginemos que, a raíz de ese aborto, la complicación surge y los padres descubren el pastel. ¿Quién va a limitar entonces la legítima demanda de responsabilidades a una supuesta mala praxis médica? Y, ante el temor de que esto suceda, ¿han pensado los impulsores de esa reforma que pueden encontrarse con una total objeción de los médicos a practicar abortos en estas condiciones? Ya no sería una objeción de conciencia, sino una simple medida de autodefensa. Que lo piensen: una ley así está reñida con la frivolidad.

LA CONTRA (La Vanguardia)

Ricardo Díez Hochleitner, presidente de honor del Club de Roma
"Formé parte de la gran causalidad dela pretransición"
LLUÍS AMIGUET - 26/05/2009

La juventud accede al conocimiento, pero sólo la edad da la sabiduría que permite ver lo mejor en cada persona. Nací en Bilbao, pero aspiro a ser ciudadano del mundo. Soy católico. La democracia no son sólo partidos, sino los ciudadanos cuando se asocian y le dan contenido

Estuve en Tanzania en los 60 enviado por la Unesco para reformar el sistema educativo, y allí conocí al presidente Julius Nyerere...

Gran y honesto líder.

Un día fuimos juntos a un poblado lejos de la capital. Sólo hablaban swahili y, de pronto, me quedé aislado del grupo y rodeado de nativos vociferantes...

...

... Y entonces me asaltó un pensamiento vergonzoso: "¿Qué hago yo aquí rodeado de estos negros?"...

Es usted sincero al recordarlo.

... Pero, poco a poco, me fui contagiando de la vitalidad, la alegría y la ilusión de los tanzanos y distinguí su dignidad en la pobreza. Y estaba tan avergonzado de haber pensado aquello, que se lo confesé a Nyerere.

¿Se enfadó?

Me miro a los ojos, como si hubiera descubierto en mí a un hombre nuevo, yme dio el megáfono: "¡Vamos, Ricardo, díselo tú!".

¿Se atrevió usted?

Les pedí perdón y les dije que quería ser un tanzano más. Y Nyerere cogió el megáfono y les preguntó: "¿Queréis que Ricardo sea tanzano? Y todos me abrazaron, y así inició la concesión de una nacionalidad que ahora aún me enorgullece: soy tanzano de honor.

Emocionante.

Todos somos la gran y eterna nación humana, por eso, repito a esos inversores que se creen de un país mejor: "Sólo ganaréis si vais a servir al mundo; no a conquistarlo".

Buen consejo.

También de joven tuve la tentación de pensar mal de la inmigración, pero ¿sabe cómo me curé? ¡Viajando! En Colombia, donde contribuí a reformar su educación, me trataron siempre como a un colombiano más.

País generoso.

Y allá adonde fui a servir - no a mandar ni a explotar a nadie-fui tratado como uno de ellos. Es algo que en Europa, donde nos gusta a todos pensar que somos de naciones mejores que las demás, debemos aprender. Y fíjese ahora cómo los chinos crean empresas en Áfricay la América del Pacífico...

¿Cómo volvió a la España de Franco?

Formé pequeña y modesta parte de esa gran causalidad que fue la pretransición...

Hoy menos estudiada que la transición.

... Pero que permitió abrir una serie de resquicios por los que se coló en el régimen franquista algo de oxígeno exterior. Yo me había ido de España con ganas de respirar libertad, y desde los organismos mundiales en los que serví: el Banco Mundial, la OEA, Unesco o la Alianza para el Progreso de Kennedy - a quien conocí-;nos dábamos cuenta de que España requería un plan para ponerla en el mapa de las democracias. Y mi jefe, el director general de la Unesco, René Maheu, me pidió que volviera a ayudar a democratizar mi país.

Hubo maniobras sin cuento...

Y algunos protagonistas hábiles y discretos. Recuerdo haber acompañado al entonces príncipe Juan Carlos como edecán civil en su visita a Nixon. Y recuerdo haber acompañado también a algún ministro de Educación extranjero a ver a Franco. Y citaría reuniones en París, Washington y otras capitales que anticipaban el futuro.

Cocina compleja la de la pretransición.

Y una lección: la de la enorme importancia de la sociedad civil y de su educación. Relea nuestro libro blanco de la educación, donde se criticaba por primera vez la educación franquista. La transición no era posible sin reformar antes la educación.

Algo he leído al respecto.

La democracia no son sólo los partidos, sino todas las asociaciones, fundaciones, grupos, ciudadanos que le dan contenido participativo y anticipatorio. La democracia funciona no sólo al votar a un partido, sino cuando nos reunimos por la comunidad: desde los padres de alumnos hasta los de su escalera.

Ese es el gran pegamento social.

Son esos ciudadanos unidos los que modulan y dotan de contenido a la tarea de los partidos, que al cabo, son sólo eso: partidos.

Prometo asociarme más.

Hágalo. Mézclese con sus conciudadanos en mil actividades. Sólo así podrá abrirse, cambiar, integrar, escuchar. Y trascender a su propio momento histórico. Piense que las identidades estáticas, las que no cambian, las que no se mezclan... ¡perecen!

Y toda pureza es una mezcla olvidada.

¿Sabe cuál es la lección de fondo de todo proceso educativo?

¿. ..?

Valorar la diferencia en el otro. Ser capaz de descubrir que todos - incluso aquellos que nos parecen malos, incluso los peores-son capaces de aportarnos algo. Y descubrir que ese proceso requiere esfuerzo, rigor, aplicación y respeto, generosidad.

Es más fácil juzgar en blanco y negro.

... Y, sin embargo, todo ejercicio de lógica está en el sutil discernimiento de los grises. Es muy fácil condenar personas y épocas desde la comodidad del presente, pero piense que en todo momento cada uno tiene sus razones para actuar, y no todas son enteramente malas o buenas.

De ahí la dificultad del juicio histórico.

El reto es encontrar lo mejor de cada personaje: saber ver en él la persona. Mire, yo he aspirado siempre a ser buen católico...

...

Pero debo reconocer que la fe es un don y que la mía me la salvó en una ocasión... un pastor protestante.

DOS MAESTROS, DOS GUERRAS, DOS MUERTES









Estas son dos escenas  de "Esta tierra es mia" y "La lengua de las mariposas".
Los dos maestros serán fusilados por defender la libertad y la cultura frente al fascismo, pero en la escena protagonizada por Laughton, se respira dignidad, aún le queda tiempo para dejar su testamento en la mente de sus alumnos y morir en paz consigo mismo. En la de Fernan-Gomez, el desasosiego y la vergënza nos invade al verle sacado a culatazos como un perro rabioso .

En la primera, son los nazis, invasores y ocupantes los asesinos, en la segunda son los propios compatriotas, y sus conciudadanos los que abuchean y piden la muerte del maestro. Claro ejemplo de dos tipos de guerra, la resistencia contra un invasor terrorista y nazi, y la guerra civi, la guerra fratricida en la que cada pueblo suelta lo pero de su estirpe, donde los hermanos se matan y se traicionan como nunca lo haria la peor de las bestias.
¡Hojalá jamás escenas como estas vuelvan a repetirse!, no solo en españa, si no en ningún lugar de la tierra.

LOS PADRES MOLESTAN




JOAN BARRIL

La llamada reforma de la ley de salud sexual, también conocida como ley del aborto, ha sacado a la luz algunos aspectos de la controvertida mayoría de edad. Se enfrentan dos concepciones cada vez más alejadas. Una de ellas es la que considera que las responsabilidades de los jóvenes son cada vez mayores y a edad más temprana. La contraria se plasmaría en una actitud sobreprotectora propia de una adolescencia demasiado larga.
En el fondo de la cuestión está la presencia de los padres, que en el caso del aborto a los 16 años puede desaparecer. Ese es el segundo principio que puede caer con la aprobación de esa ley. Se nos propone que, para un aborto a los 16 años, los padres no hace falta que estén ni siquiera informados. La consellera Marina Geli insiste en la pintoresca propuesta de que las chicas en trance de aborto puedan ir acompañadas por una persona adulta, que, por lo visto, jamás estará tan mal vista como los padres.
En todo este lío, ya no se trata de rebajar la mayoría de edad de los jóvenes a todos los efectos. También aparece un nuevo elemento: la extinción de la responsabilidad parental. Esa reforma propone que se sea padre hasta los 16 años. A partir de aquí, las relaciones paterno-filiales van a verse determinadas por la voluntariedad y esperemos que por la cordialidad. Y es que esa reforma, que con tanta algarabía nos propone el Gobierno, puede conllevar no pocas contradicciones. Hasta ahora, la responsabilidad subsidiaria de los padres era evidente. Su hijo de 16 años, en un alarde de barcelonismo mal entendido, se dedica a cargarse los cristales de los escaparates. El heroico gamberro es detenido por los Mossos. ¿Quién creen ustedes que va a pagar los desperfectos? Ese mismo menor es multado por la posesión o por el consumo de una china de hachís y ya ven a los padres rascándose el bolsillo. Los tutores del instituto llaman a los padres para informarles del bajo rendimiento escolar de su hijo. ¿Se imaginan a esos padres diciendo que ellos ya no tienen nada que ver con su hijo porque él considera que puede hacer lo que le plazca sin informarles?
En esa ausencia forzada de la figura paterna solo ante el derecho del aborto a los 16 años se abren muchos vacíos y no pocas dudas. Si usted, padre o madre, acude a un hospital público ante la sospecha de una apendicitis de su hija, será informado de las consecuencias posibles de aquella intervención y le pedirán la autorización. Se la pedirán a su hija y también a usted. La apendicitis reconoce a los padres una tutela y un derecho a la información que el aborto les niega.
Pero vamos un paso más allá. El hecho de ser padres no implica ser buenas personas. Imaginemos que su hija se acoge a esta ley y se somete al aborto acompañada, eso sí, por la profesora de gimnasia o por la portera del inmueble, pero en ningún caso informando a sus padres. Toda intervención quirúrgica, incluso las menos complicadas, puede desembocar en una complicación. Imaginemos que, a raíz de ese aborto, la complicación surge y los padres descubren el pastel. ¿Quién va a limitar entonces la legítima demanda de responsabilidades a una supuesta mala praxis médica? Y, ante el temor de que esto suceda, ¿han pensado los impulsores de esa reforma que pueden encontrarse con una total objeción de los médicos a practicar abortos en estas condiciones? Ya no sería una objeción de conciencia, sino una simple medida de autodefensa. Que lo piensen: una ley así está reñida con la frivolidad.

lunes, 25 de mayo de 2009

LA PALABRA DESTILADA




JOAN BARRIL

La poesía se ha instalado en la ciudad. Parece el guión de una película. En El lado oscuro del corazón, una película de Subiela basada en textos de Juan Gelman, Oliverio Girondo y Mario Benedetti, su personaje principal es un poeta que sobrevive vendiendo sus poemas a quien se los pide. No son poemas para editar, sino para ser oídos. Ese poeta del instante solo aspira a encontrar una mujer que pueda volar. Se acerca a las ventanillas de los bancos y, en vez de pedir dinero, ofrece a las cajeras los versos que entre tanta cifra no pueden encontrar. Se sienta en las barras de un bar dispuesto a zambullirse en las últimas copas de la madrugada y empieza a musitar un poema a la mujer solitaria que se sienta junto a él. Él empieza el poema, ella lo acaba y le adivina el autor. «Me llevás a alguna parte», dice la mujer. ¡Qué maravilloso amor surge del poema que uno empieza y el otro acaba! ¿Para qué llevarla a ninguna parte, si el poema compartido ha creado un ámbito irrepetible? Pienso en cómo sería una ciudad en la que sus ciudadanos se comunicaran entre sí con poemas. Las multas de los guardias serían poesía moral. Una mañana en el mercado se convertiría en unos juegos florales dedicados a la concupiscencia de la materia. Y, en los parlamentos, los diputados se mirarían los unos a los otros sin griterío, porque hasta la palabra más afilada tendría una intención de belleza.
El festival Barcelona Poesía nos recuerda que en estos días de épica futbolística todavía queda algo de lirismo. Plazas, librerías, teatros y playas se han llenado de gente que cuenta sus cosas y de gente que las escucha por el simple placer de destilar las palabras para conseguir ese líquido que se asemeja a la verdad.
Y entonces llegan los de la editorial Tusquets y, en los fastos de sus 40 años de vida, nos recuerdan una de las mejores colecciones de poesía española que existen. Sus marginales han dejado los márgenes y avanzan con paso firme por las avenidas. Y allí estaba, entre otros, Carlos Marzal, que acaba de publicar Ánima mía. La lectura de los poemas de Marzal siempre produce la humana sensación de la envidia y la alegría del consuelo de tener a mano alguien que equilibra la balanza entre sentimientos y pensamientos. Ánima mía, el último poemario de Marzal, refuerza el impacto causado por Metales pesados. Aplanado me tienes, Carlos, bajo el peso molecular de tu escritura. Orgulloso me siento de una ciudad que todavía es capaz de mostrar el oro entre tanto barro literario.
Inocencia y vergüenza
De la infancia nos queda el sentimiento de culpa. Si subimos al metro sin billete y nos pescan, no hay injusticia que esgrimir. Eran las reglas y las hemos violado. Algo vergonzoso asoma en el rubor de las mejillas. Si entramos en una librería y nos llevamos un libro sin pagar, no hay argumentos que puedan justificar el robo aduciendo que la cultura debería ser un bien colectivo y gratuito. Lo sorprendente es que, ante los escándalos, algunos partidos se mantienen en sus trece con una desfachatez insólita. Ahora nos dice Camps que todo lo que le están haciendo es para hundir a la Comunidad Valenciana que preside. Esa confusión entre cargo y país en Catalunya la conocemos bien. La vergüenza, ausente.

LA CONTRA (La Vanguardia)


Santiago Niño Becerra, economista
"Viviremos de acuerdo con las necesidades, no con los deseos"
IMA SANCHÍS - 25/05/2009

Tengo 58 años. Nací en Barcelona y vivo en Vilassar de Mar. Casado, tenemos un hijo. Doctor en Ciencias Económicas y catedrático de Estructura Económica del IQS, Universitat Ramon Llull. Políticamente, agnóstico. Creo en el interior de la gente, lo que destila la persona

¿Lo peor está por llegar?

A mediados del 2010 es cuando verdaderamente empezará la crisis, cuando veamos que las medidas que se están tomando no funcionan.

¿Es inevitable?

Así es. El nivel de deuda es brutal, las entidades financieras tienen unos agujeros tremendos aunque no se quiera admitir, los recursos van a la baja y la capacidad de absorción de nuevos televisores, electrodomésticos, etcétera, se ha agotado.

¿Estamos ante una crisis del sistema?

Sí, porque dará lugar a un cambio que afecta al modo de organización y producción.

Entonces, ¿muere el capitalismo?

No por el momento, pero el reajuste será grave, como en la crisis del 29. Tras la gran depresión, se puso en marcha un nuevo modo de funcionamiento que hizo que las cosas fueran a más; pero se cometió un grave error al suponer que la cantidad de recursos (petróleo, minerales...) era inagotable.

Y comenzó el gran desperdicio...

Sí, y ahora hemos llegado a una situación en que ese modo de funcionamiento se ha agotado, ya no podemos ir a más. La recuperación de la crisis estará basada en la productividad y en la eficiencia, lo que significa que sobra y sobrará sin remedio mano de obra.

Ese decrecimiento ¿será para todos o sólo a partir de la clase media para abajo?

Para todos. El realmente rico será el que cree valor, el que tenga una altísima productividad. Si ahora la sociedad está escindida entre ricos y pobres, a partir del 2010 lo estará entre los que generan valor y los que no.

Los que generan valor son comprables.

Creo que las altísimas remuneraciones de ciertos directivos van a desaparecer. Un dólar colocado en subprime en el 2003 se convertía en 80 en el 2007, y eso no es valor.

¿Las grandes corporaciones internacionales serán los reyes del mambo?

Sí, van a más.

Esto es muy peligroso.

En tanto en cuanto la política va a menos, sí.

Las compañías que controlan productos básicos como gas, agua, electricidad, teléfono ¿seguirán abusando?

Si nos estrujan, consumiremos menos. La renta media va a bajar. El problema es el despilfarro: en Badalona hay un punto en el que se pierde el 50% del agua, y hay zonas de Nueva York en las que se pierde el 40%. Vamos a tener que ser eficientes.

Puro desperdicio.

Con la energía eléctrica pasa lo mismo: se habla de contaminación lumínica de las ciudades y a la vez de falta de energía eléctrica.

Hágame una foto del 2011.

En España, un país muy dependiente, la crisis será durísima por la estructura del PIB basado en el ladrillo, el turismo, el automóvil y en infraestructuras baratas ya insostenibles. Ohay un cambio del modelo productivo capaz de absorber a toda esa población o vamos a una tasa de paro del 30%.

¿Cómo cambiar el modelo productivo?

Sin una cantidad impresionante de capital y un cambio de mentalidad brutal - que no se consigue ni en dos generaciones-,es imposible. Con el 2010 vamos a entrar en un parón de la actividad económica. No creo que quiebre ningún banco, porque el Estado los sostendrá, pero la gente no podrá sacar su dinero libremente porque si se vacían los bancos el Estado no podrá sostenerlos.

¿Y los servicios básicos?

Posiblemente, sostenidos por el Estado.

¿Regulación de consumo?

Sí, de materiales estratégicos, tanto a través del aumento de sus precios como de la restricción o denegación de su consumo. Cada persona podrá consumir un número determinado de litros de combustible al mes.

¿Se acabarán determinados productos en los supermercados?

No, porque un sector que irá a más será la logística. Los camioneros tendrán que estudiar sus rutas y se les facilitará combustible para cubrirlas, pero para salir el fin de semana no habrá. Es decir, la cultura del todo es posible a base de crédito se acabó, y eso tiene un impacto en el modo de vida.

No vivir endeudado es un gran cambio.

Entre 1997 y el 2007 los salarios reales en España crecieron sólo el 0,9%, y nadie protestó porque a la gente se le dio crédito. Esto se acaba.

Mucha televisión.

Sí, que la gente esté entretenida. En 1933 se levantó la ley seca, no me extrañaría que en el 2013 se legalizara la marihuana. Viviremos de acuerdo con las necesidades y no con los deseos. Impensable la renovación de vestuario cada temporada y ya está bajando el porcentaje de divorcios, todas esas cosas que antes generaban PIB.

¿Guerras por los recursos?

Se irá a un reparto mundial de los recursos.

¿Cuáles serán los sectores de futuro?

Biotecnología, logística, lo que yo llamo el sector R (recuperación, reciclaje, reparación) y la producción de ocio masivo. Tendrán trabajo los que realmente sean útiles, los que se hayan especializado, y habrá una megaélite con mentalidad gestora.

¿Y qué pasará con el tercer mundo?

La gente que consume y no genera lo tiene francamente mal.

¿Qué nos espera tras el capitalismo?

Estamos hablando del 2070. Hasta ahora, lo esencial ha sido el individuo. Vamos hacia un sistema grupal, consciente de que el todo es mayor que la suma de las partes, colaboraciones, asociaciones.

viernes, 22 de mayo de 2009

EL PRESIDENTE DESNUDO



JOAN BARRIL

En el gran carnaval de la política lo importante no es la verdad, sino los disfraces. Lo importante no es la sospecha, sino los defectos de forma. Los más viejos del lugar recordarán el famoso caso Naseiro, un episodio de corrupción que afectó a importantes cargos del PP, cómo no, de la Comunidad Valenciana. El caso Naseiro dejó de ser un caso porque las cintas telefónicas grabadas de las que se infería su culpabilidad tenían problemas de credibilidad judicial. Ya saben el latinajo que dice in dubbio, pro reo: ante la duda hay que actuar a favor del presunto culpable. No suele ser así.
Pero una cosa es salvar a alguien de la cárcel por un bienintencionado garantismo, y otra, el mantenimiento de los sospechosos al frente de organismos de gobierno. En el ya famoso caso de los vestidos de Francisco Camps es evidente que se trata de un hecho penalmente menor, pero políticamente relevante. Sin embargo, la reacción política ha sido de grandes alharacas y de adhesiones incondicionales. Cuando conviene, los jueces son el brazo del pueblo. Cuando no conviene, los magistrados son unos sicarios del Gobierno.
Y es entonces cuando se explica que las pequeñas trapacerías textiles de un gobernante se cubran con los gritos de “presidente, presidente”. Los que se llenan la boca con el Estado de derecho tienen un concepto gaseoso del derecho y una idea patrimonial del Estado. Al Estado y al derecho se les ha de defender con una apelación a la confianza del ciudadano. Mal contribuye esa juerga popular que envuelve al imputado Camps a la credibilidad de la política. La dimisión es algo que ya no se lleva. Hoy, tras tanta comedia con los trajes, un niño puede decir --como en el cuento infantil-- que el presidente valenciano va desnudo.
La fórmula es responder al ataque judicial con el griterío de las gentes. La justicia ya no es el resultado de unas leyes y de una investigación. La justicia se está convirtiendo de nuevo en algo asambleario, como los antiguos griegos que mandaban a sus ciudadanos innobles al ostracismo a base de depositar sus piezas en forma de concha de ostra en el cesto de la inocencia o de la culpabilidad. Alguien se ha dado cuenta de que la opinión pública se mide por decibelios que pueden alterar el silencio de las sentencias.
Ahí está, por ejemplo, uno de los máximos encausados, Álvaro Pérez, también conocido como el Bigotes. Pues ahí, al palacio de justicia, llegó el Bigotes con los bigotes puestos. No solo eso, sino que alguno de sus simpatizantes --¿cómo se puede simpatizar con la sospecha de delito?-- no dudó en enarbolar pancartas en las que campaba un enorme mostacho negro como el del imputado de Orange Market.
En este curioso vodevil del Partido Popular ha regresado la época de todas las batallas antiguas. Los bigotes de Álvaro Pérez ya no son un adorno piloso, sino una prueba de resistencia. Más aún: es un logotipo de la resistencia del chanchullo frente a la justicia. Si el tal Pérez fuera un noble, imprimiría sus bigotes sobre un campo de gules y con esa plasmación heráldica marcharía como un caballero andante para decapitar a sastres infieles y arrancar puñetas torcidas. Gracias, el Bigotes, por darnos motivos de risa en el hastío político.

TECNOLOGIA ¿ALAS O CADENAS?


Este es mí puesto de trabajo desde hace casi cuarenta años. Desde aquí he superado crisis, he capeado temporales, he sufrido presiones y depresiones. El trabajo ha sido como mi casa, cuando empecé, trabajaba de siete de la mañana a ocho de la noche menos una hora para comer sábados incluidos, Gloria me decía que me llevara la cama a la oficina.
Poco a poco conseguí ganar tiempo libre, primero fueron los sábados por la tarde, después el día completo, me costó sudor y lágrimas conseguirlo, pero el primer fin de semana en casa, fue uno de los días más felices de mi vida.
Durante años estuve atado a la línea telefónica, era como la cadena que me amarraba a la bola de reo. La aparición de la telefonía móvil primero, y la derivación de llamadas después, me permitió trabajar fuera de la oficina, salir a desayunar, y en la actualidad trabajar desde casa por las tardes.
Gracias a un equipo informático de última generación, puedo desplazarme a cualquier lugar de una manera transparente para el cliente, recibir correo y faxes de manera instantánea, incluso desde el metro atiendo servicios. Los sistemas de navegación me permiten controlar la flota desde cualquier lugar y planificar rutas con plena seguridad.
La tecnología ha aumentado mi calidad de vida drásticamente, y en estas épocas de vacas flacas en las que paso horas y horas sin apenas trabajo, me ha permitido volver a escribir y conocer amigos que han llegado a ser como hermanos ¿o debería decir hermanas? a pesar de no habernos visto nunca, ser leído diariamente por miles de personas y tener un aliciente para levantarme cada mañana.
Ahora mismo estoy escribiendo mientras desayuno desde el miniPC, cuando acabe de redactar el post, lo enviaré por intranet al ordenador central. Luego en la oficina montaré la fotografía y la colgaré en el blog.
La tecnología es inocua en si misma, puede servir para liberarte o para encadenarte, ponerte alas o clavarte grilletes, todo depende de tu voluntad y tu necesidad. Solo tienes que apretar un botón y volverás al siglo XIX, tú decides.

jueves, 21 de mayo de 2009

CUANDO UN NIÑO MUERE...






Cuando un niño sufre

Se estremece el cielo

Se apaga una estrella

Se eclipsa un lucero.

Cuando un niño sufre

La vida se esconde

La luz se oscurece

Y el cielo se rompe.

Cuando un niño muere

Morimos un poco

Los hombres, la tierra

La risa , la historia.

Cuando un niño muere

La fe se derrumba

Y brota la rabia

Perendida del alma,

Ahogando el futuro

sembrando la guerra

Dejando a los dioses,

a todos los dioses

Cubiertos de mierda.

Juanmaromo

























¿CERDO MACHISTA O VIEJO VERDE?




La semana pasada, mientras cancelaba mi billete de metro, un “caballero “se coló detrás de mí antes de se cerraran las puertas, sentí el roce de su bragueta en mi cuarto trasero, me giré airado y le increpé, me temo, con excesiva virulencia.
Esta mañana, se ha repetido la escena, pero la protagonista ha sido una señorita que al realizar la “maniobra”, ha acariciado mi espalda con los agudos vértices de sus senos. Por pura equidad, debería haberle increpado con la misma dureza que al varón, pero no, solo me ha faltado tenderle la alfombra para que bajara por la escalera.

Mientras realizaba el viaje hacia el trabajo. iba recapacitando sobre mi actitud, y he llegado a una triste conclusión, o soy un viejo verde, o soy un cerdo machista. Aunque me temo que alguno de ustedes opinara que lo uno no quita lo otro.









miércoles, 20 de mayo de 2009

¿APOCALIPSIS O RENACIMIENTO?



Hoy me había propuesto escribir un artículo sobre la situación económica, pero no volveré a hablar de crisis, porque a estas alturas, ya no se puede hablar de crisis. Se ha completado un macro ciclo que empezó tras la segunda guerra mundial, (aunque en España, a causa de la dictadura se retrasó veinte años, ) y ahora estamos alumbrando una nueva época en la cual de deberemos afrontar que el mito del crecimiento continuo se ha esfumado. El pastel no solamente no crece sino que empieza a disminuir, los recursos se agotan, el planeta está a punto de entrar en coma y debemos mentalizarnos en que nada volverá a ser como antes.

Si no queremos que esto acabe en una revuelta generalizada, debemos aprender a repartir la tarta con justicia, reinventar el concepto de trabajo, distribuir las rentas y adaptarnos a consumir menos y mejor. Ya sé que los desarrollistas a ultranza nos incitan a seguir consumiendo para salvar la industria y la producción, pero eso es una huida hacia adelante que solo nos conduce al abismo.

Hace falta una nueva planificación económica y social, se acabaron las segundas y terceras residencias, la vivienda en propiedad, los coches de lujo y los viajes millonarios financiados con créditos a largo plazo. Si nuestros gobernantes, nuestros economistas, y nosotros mismos fuéramos capaces de aceptar el reto, podíamos derivar hacia una sociedad en la que trabajaríamos seis horas diarias, viviríamos en viviendas de alquiler prescindiendo del consumismo innecesario y de las necesidades ficticias.

Podríamos dedicar más tiempo a nuestros hijos y a nosotros mismos, la bajada del consumo reduciría la contaminación, y la mano de obra excedente de la industria podría reciclarse en servicios sociales y agricultura ecológica, no olvidemos que en España hay millones de hectáreas de tierra feraz en barbecho porque actualmente no es rentable cultivarla. Enfermedades como el cancer, la leucemia y la depresión disminuirian drásticamente, y la investigación se dirigiria hacia el bienestar y el cuidado del planeta en lugar de a la obtención de beneficios rápidos y cuantiosos.

Deberíamos fomentar la formación integral de la persona, eliminar la tensión y el stress producido por la competitividad suicida y cultivarnos como seres humanos en unión con el cosmos y con la madre tierra.

No soy un ingenuo y sé que este planteamiento roza la utopía, pero en una época en que todo el mundo habla de cataclismo, caos y revueltas, solo la utopía nos abre las puertas de la esperanza. Hojala sepamos aprovechar esta oportunidad, porque me tremo que puede ser la última.

JUANMAROMO










martes, 19 de mayo de 2009

¡QUIEN ME LO IBA A DECIR!




¡Quien me lo iba a decir!
yo, un hombre serio,
caballero y formal
padre y esposo,
inflamado al olor de
tus caderas
encendido al perfume
de tus senos,
incendiado en tus manos
incisivas...
¡Quien me lo iba a decir
que yo pudiera
olvidar mis modales exquisitos
y arrastrarte hasta el lecho,
desnudarte
y gozarte con furia y con delirio
arrancando los paños que te velan
y morder la guayaba madurada
al calor de tu pubis florecido...
¡Quien me lo iba a decir
esposa mía, que después de
cien años y unos días
aún me olvido del mundo
entre tus pechos
mientras bebo la miel
de tus axilas.

Juanmaromo