Supe que me esperabas a través de la nada
a través del espacio supe de tu existencia,
como sabe un creyente la existencia del padre.
No me cegó un rayo, como a Saulo de Tarso,
una negra nostalgia oprimía mi alma.
Te busqué en mil mujeres, me dejé el alma en ellas
me arrastré por caminos enredados de zarzas
pero cada mirada, me volvía la espalda
pero cada caricia arañaba mi alma.
Y pasaban los años, y yo desesperaba
y creía encontrarte cuanto más te alejabas.
Descendí a los infiernos por hallar tu morada
Ascendí al paraíso cuando te sospechaba,
pero el sol inclemente, chamuscaba mis alas
y caía a la tierra como un Ícaro en llamas.
Más un día de invierno cuando nada esperaba
se cruzaron mis ojos con tu dulce mirada
y esa voz intuida se clavó en mi coraza
arrancando los miedos que cegaban mi alma
y lo supe al momento, eras tú a quien buscaba
a través de cien vidas, regresabas a casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario