Hombre de la medida justa ANA MILENAOleo de Lluis Rizzo
para mis caderas,
recipiente de todos los temblores
de mi cuerpo,
madera antigua, de fino roble,
erecto.
Volcán de lava que me siembra
hacedor de los dulces cansancios,
la ondulación de mi vientre,
de mi piel estrecha y concreta.
Navégame, marinero alucinado,
navégame y viérteme luego
en tus manos.
Soy todos los frutos
y tú
todos los labios.
Bebámonos.
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