lunes, 19 de enero de 2009

GALERIA NOCTURNA

http://arteyartistas.files.wordpress.com/2007/11/desnudo-en-mecedora-con-mesa-y-cafetera-azul-1973.jpg

Todas las noches Leda se sumergía en el agua caliente de la tina, jugaba con las burbujas de jabón mientras lavaba con cuidado sus hombros, sus senos, muslos, quitaba todo rastro de pintura en su blanco cuerpo. Alisaba su larga cabellera rubia y se vestía seductoramente. Cada noche se preparaba para la cita como si fuera la última, estuviera él o no esperándola. Quería vivir todo lo posible en cada noche. Siempre que él salía de viaje ella iba a su encuentro al café de la esquina, el ritual era el mismo; ella se sentaba en una mesa frente a él, lo miraba largo rato para disfrutar su rostro tostado por el sol y la sonrisa que siempre traía dibujada, esperaba a que tomara su café y sólo entonces distraía su atención golpeando ligeramente su vaso de agua con una cuchara. El volteaba a verla, ella entreabría las piernas y se las frotaba por la parte interior con las manos. En menos de cinco minutos se pasaba a su mesa, él comenzaba a temblar ligeramente, la cercanía de ella lo trastornaba. Esa noche, Leda entró al café, lo miró y por primera vez se acercó directamente a él. El la miró a los ojos, le tomó la mano y comenzó a hablar antes que ella.

¿Cómo sabías que hoy volvía de viaje?. ¿Me extrañaste? Porque tú me hiciste mucha falta. Te escribí una carta inmensa mientras estuve fuera ¿La recibiste?

*Yo no puedo abrir el correo inmediatamente que llega, deberías saberlo, tengo que esperar a fin de mes cuando alguien más lo abrió todo y entonces lo leo, es emocionante para mí pensar que perdiste una cita o están a punto de embargar la galería porque no se han pagado los impuestos. Supongo que la leeré en unos días.

Que ganas de tenerte ahora, eres la criatura más hermosa y sensual. Vamos a la galería. ¿Puedes?

Sonrío como siempre.

Leda se levantó, el puso un billete sobre la mesa para pagar el café, la tomó por la cintura y salieron del lugar. La gente que lo veía ahí sentado lo consideraban loco. Se encaminaron a la galería.

Al llegar ella sacó la gran llave del portón y entraron.

*Hoy siento una fuerza especial, quiero terminar lo que dejé empezado hace meses. ¿Tú quieres, tienes ánimos?

Si mi amor, pero cuando tardas tanto en regresar me siento débil, sin ganas de nada, te extraño, tú eres el único que marca mi tiempo en la tierra.

Bien sabes que eres mi inspiración, todo lo que pinto es por ti Leda querida

Tomaron asiento en un confortable sofá. El la tomó por la nuca y dirigió sus labios hasta sus boca. Ella cerró los ojos. Unos minutos más tarde, él tenía un pincel en su mano mientras Leda posaba desnuda con su gran cabellera rubia sobre sus senos. Faltaban tan sólo algunos trazos.

Agotados se recostaron en el sofá. El la acariciaba como si fuera la primera vez que la tuviera en sus brazos, ella respondió como si fuera la última, se sentía tímida y temerosa. Con gran ternura comenzó a besarla. Ella se dejó transportar por el deseo y el amor, apuraba las caricias, atragantada con sus besos, se entregó a él frenéticamente. Como nunca y como siempre hicieron el amor. En un descuido el volteó y miró el lienzo que acababa de terminar. Leda se desvaneció entre sus brazos volviendo al cuadro donde haAgotados se recostaron en el sofá. El la acariciaba como si fuera la primera vez que la tuviera en sus brazos, ella respondió como si fuera la última, se sentía tímida y temerosa. Con gran ternura comenzó a besarla. Ella se dejó transportar por el deseo y el amor, apuraba las caricias, atragantada con sus besos, se entregó a él frenéticamente. Como nunca y como siempre hicieron el amor. En un descuido el volteó y miró el lienzo que acababa de terminar. Leda se desvaneció entre sus brazos volviendo al cuadro donde había sido plasmada junto al cisne que casi la envolvía con sus alas.  

Lina zerón

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