El horror gótico
Introducción y obras características
Por el nombre de literatura gótica, terror gótico u horror gótico, se entiende un estilo literario, enclavado en el romántico, que se extiende desde finales del siglo XVIII hasta el siglo XIX.
Como suele ocurrir en estos casos, resulta complicado dar una definición precisa, ya que es díficil ponerse de acuerdo en los matices. Sin embargo, una bastante acertada es la siguiente:
Terror gótico es aquel subgénero literario, encuadrado en el Romanticismo, también conocido como "historias de fantasmas". El adjetivo de gótico deriva de que la mayoría de estas historias (generalmente relatos, aunque no era rara la novela) tenían lugar en la Edad Media, o situaban parte de su acción en castillos o monasterios de este estilo arquitectónico.
En cuanto al periodo de tiempo que comprende, de una forma más precisa, podemos decir que la literatura gótica comienza con El Castillo de Otranto, de Horace Walpole, publicada en 1764. En cuanto a la fecha de finalización, no está tan clara. Según algunos autores (como H.P. Lovecraft), la novela gótica concluye con Melmoth, el errabundo en 1820, aunque a finales del siglo XIX hay un resurgir del género, de manos de Oscar Wilde (El fantasma de Canterville, El retrato de Dorian Gray) y Bram Stoker (Drácula).
Resulta paradójico que la novela gótica surgiera a mediados del siglo XVIII, en pleno Siglo de las Luces, un periodo de crudo racionalismo y predominio de la razón, bajo la influencia de Leibniz o Locke, con escritores muy influyentes presentes en la escena intelectual, como Rousseau, Diderot o Voltaire.
En definitiva, al igual que este racionalismo siguió al periodo barroco y igual que ocurriría más tarde a mayor escala con el romanticismo, la novela gótica supuso una ruptura con la corriente de pensamiento predominante. De todas formas, no es de estrañar que cuando Walpole publicara El Castillo de Otranto lo hiciera bajo un pseudónimo (haciendo pasar el relato como una traducción de unos pergaminos italianos) por miedo al ridículo, no confesando la verdadera autoría hasta la segunda edición del libro, cuando este ya había sido un éxito.
Ya desde el primer momento, en esta novela, apreciamos la principal caracterísica de la literatura gótica: la presencia de lo sobrenatural, acontecimientos fantásticos y misteriosos que no pueden explicarse desde la razón humana. Es ante la imposibilidad de explicar estos sucesos, y la implícita amenaza que esto conlleva, lo que produce el horror.
Lo sobrenatural puede presentarse al lector de muchas maneras, según autores y obras. En algunos casos, los relatos góticos parecen sacados del mundo onírico, como si se trataran de horribles pesadillas. En otros casos, el horror se presenta desde el lado más grotesco y aonda el el irracionalismo más esacerbado. En ocasiones, la literatura se plantea como una metáfora de la condición humana de los protagonistas, un descenso a los infiernos del alma. Finalmente, algunos relatos tan solo plantean una mezcla, simple pero deliciosa, de misterio, miedo y deseo.
Otra importante característica es la atmósfera, el ambiente, que envuelve la narración. La novela gótica, como ya hemos dicho, debe su nombre a la utilización de escenarios medievales para enmarcar la acción. Castillos, mansiones, torres, criptas, cementerios, oscuros bosques,...
La técnica gótica da a esta atmósfera una siniestra vida propia. Las paredes "fruncen el ceño" y el castillo se "agazapa" sobre un pueblo. Con frecuencia, esta ambientación fantástica se funde con las cosas que son familiares al lector, ya que la familiaridad es una gran puerta al subconciente y permite llegar más fácilmente a sus fobias y miedos.
También es frecuente utilizar sútiles cambios para convertir en amenazadores lo que en principio son seductores y atractivos paisajes. Un bucólico bosque, lleno de luz y de vida, puede convertirse en una aterradora pesadilla de retorcidos árboles tras el anochecer. Las ténicas descriptivas góticas confían mucho en la sensualidad: cuando el terror es inminente, las sensaciones se enrollan y se intensifican. La seducción también juega un papel importante: el protagonista se encuentra atraido a situaciones de las que debería apartarse, pero ¿quién puede resistirse a unos cautivadores labios, aunque bajo ellos asomen dos puntiagudos colmillos?
La fusión con el mundo de los sueños también es muy utilizada. La bruma, el ocaso,... son fuentes de confusión e incertidumbre, que enturbian los sentidos del protagonista y le hacen perder el control cuando más lo necesita. La continua imposibilidad para distinguir la imaginación de lo que realmente le rodea, es fuente de angustia y terror.
A esta ambientación contribuye también el poder de la naturaleza. Esta, lejos de ser neutral, se convierte en un aliado de la adversidad en la novela gótica. Tempestades de viento, estallido de truenos, centelleantes rayos, persistentes lloviznas... son elementos ante cuyos poderes el héroe está indefenso y que erosionan su fuerza y su voluntad.
En cualquier caso, el objetivo de esta ambientación es crear un ambiente opresor y amenazador. Una sensación de pesar, ruina, abandono, vejez y decadencia, y la cercanía con la muerte que esto produce, impera a menudo en el ambiente.
http://sanjuandelolmo.ief.st/t90/relatos-imagenes-y-videos-de-terror/105/
1 comentario:
BlackNight@hotmail.com
// Perfecto juan, estoy de acuerdo con todo eso, pero la verdad es que ya lo había dicho lovecraft antes.
Yo prefiero lo nuevo, sangre fresca, como son, aca en Argentina MARTIN TISERA, MARCOS ABARZA y VICTOR SCHILLER.
Saludos
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