Hace días que callo
con un sordo murmullo,
hace días que enhebro
acerados silencios.
Que la noche me envuelve
que las sombras me celan,
que mi voz se desgrana
arrastrando cadenas
Hace siglos que vivo
desbrozando el recuerdo
empapando mis ojos
con la escarcha del tiempo,
desangrando mi alma
en oscuros deseos
arrastrando mis huesos
a través del desierto.
Te presiento lejana
Como un dulce espejismo
Un oasis prohibido
Que me lleva al averno
Pero sigo reptando
Entre dunas de fuego
Añorando tu cuerpo
Mendigando tus besos
Desarmado y cautivo
Del sabor de tu sexo
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