Hoy quiero salir corriendo,
huir de mí y de mi mismo,
pero las puertas cerradas,
las persianas clavadas
me cierran las salidas.
Hoy quiero huir de mi mismo
pero la cremallera de la vida
me pellizca el alma
y me arranco en pedazos
cuando quiero saltarla.
Hoy quiero escapar del miedo,
pero se ha hecho de noche
y me he roto las manos
contra la inmensa cadena del hastío.
Fuera aúlla la tormenta
y me acurruco en un rincón
con la cabeza entre los brazos
esperando que el nuevo día
me devuelva la luz que me robó tu adiós
1 comentario:
Hasta cuando le recitas al dolor de un amor perdido, se disfruta. Siempre es muy doloroso recordar los tiempos felices, sería mejor poder olvidarlos. Pero ese punto de agonía, no sé, difrutarlo un segundo, también tiene su punto. Lo dicho, un placer pasear por tu poesía. Besos, Mercedes Ríos.
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