He recibido a menudo cartas de personas que se extrañan de que alguien “de mi sensibilidad”, y “cultura” pueda publicar chistes “obscenos” y escribir relatos eróticos. Recuerdo hace unos meses un correo de una dama, que me recriminaba hablar de Dios después de haber publicado un relato bastante tórrido.
Debo aducir en mi defensa que siempre he procurado huir de la pornografía y del mal gusto, fronteras ambas no muy bien delineadas, y que un “conductor suicida” como yo, acostumbra a ceñirse demasiado en las curvas. He procurado cultivar el cinismo, sin caer en la acritud y la ironía sin recurrir al sarcasmo. Nunca me he reído de nadie a no ser de mí mismo, sin embargo me he reído con muchísima gente. Recuerdo en mis intervenciones radiofónicas, haber tenido duros enfrentamientos con personas que embestían como miuras ante cualquier movimiento, eso sí, sin usar la cabeza; siempre preferí usar la capa al estoque, y el burladero al verduguillo y normalmente con un par de capotazos, los mandaba de nuevo al chiquero.
Hay dos temas que procuro obviar a no ser que no quede más remedio, la política y la religión, muchas veces dejamos de ser racionales al tocar estos temas, y hasta el más liberal de los interlocutores acaba portándose como un talibán.. O como un cardenal, que viene a ser lo mismo. Por lo demás soy amigo de la buena mesa y de los buenos caldos, soy de los que pienso que las mejores cenas son las que acaban en opíparos desayunos, no me gustan la “juegas al estilo clásico”, me encantan las veladas mixtas sobre todo si las mujeres tienen sentido del humor, y saben beber dentro de un orden (en los hombres ya lo dejo por imposible).
Tengo un inacabable repertorio de chistes, y me encanta polemizar aun en contra de mis propias creencias. Desconozco el rencor y desprecio la venganza, nunca reconocí enemigos si no rivales, y estoy convencido que todo el daño que hacemos, acostumbra a caer sobre nuestras cabezas. Soy extremadamente cariñoso con las mujeres y con los niños, y una sonrisa me desarma, aunque a la vez soy terriblemente reactivo y reacciono violentamente contra la violencia, sobre todo cuando se ceba en los mas débiles.
SOY... SINCERAMENTE TUYO (Serrat)
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