“Llega un momento que la vida deja de darnos cosas, y empieza a quitárnoslas”.
En realidad, la vida nos está dando y quitando cosas continuamente. La vida es como las olas, como las mareas, a veces te azota con saña y te arrastra entre las rocas, otras te acaricia con sus blancas espumas mientras duermes entre arenas doradas. Pero a diferencia de las mareas, la vida es imprevisible, un día el cielo se oscurece, las olas se encrespan y el viento te desgarra las carnes con cuchillos de hielo. Nuestra chalupa cruje y se retuerce juguete su furia y nosotros nos preguntamos ¿Por qué precisamente a mí? Vana pregunta, debemos atarnos a l timón y asirlo con fuerza, encarar las olas de proa y recoger trapo para no quebrar el mástil. No importan las galernas ni las calmas chichas, lo que importa es mantener la singladura, a veces afrontando su furia, y otras remando bajo un sol de fuego. Viajamos en una patera que casi nunca está vacía, de nuestra pericia y valor dependen muchas vidas y muchas esperanzas de llegar a puerto, no debemos fallarles ni podemos fallarnos. Nos va la vida en ello.
DE VEZ EN CUANDO LA VIDA...
En realidad, la vida nos está dando y quitando cosas continuamente. La vida es como las olas, como las mareas, a veces te azota con saña y te arrastra entre las rocas, otras te acaricia con sus blancas espumas mientras duermes entre arenas doradas. Pero a diferencia de las mareas, la vida es imprevisible, un día el cielo se oscurece, las olas se encrespan y el viento te desgarra las carnes con cuchillos de hielo. Nuestra chalupa cruje y se retuerce juguete su furia y nosotros nos preguntamos ¿Por qué precisamente a mí? Vana pregunta, debemos atarnos a l timón y asirlo con fuerza, encarar las olas de proa y recoger trapo para no quebrar el mástil. No importan las galernas ni las calmas chichas, lo que importa es mantener la singladura, a veces afrontando su furia, y otras remando bajo un sol de fuego. Viajamos en una patera que casi nunca está vacía, de nuestra pericia y valor dependen muchas vidas y muchas esperanzas de llegar a puerto, no debemos fallarles ni podemos fallarnos. Nos va la vida en ello.
DE VEZ EN CUANDO LA VIDA...
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