Escoger un vestido nuevo es como convencer a la gente que se disperse cuando alguien ha brincado del quinto piso para cometer suicidio. Limpiar el alma para volver a verte fue como perdonar a un viejo guerrillero que arrasó con tu casa. Encontrar el maquillaje perfecto para lucir más joven es como poner en orden los pensamientos y saber que el café en los párpados da sensación de profundidad a la mirada y el blanco la resplandece aunque no quite las líneas que merodean los ojos.
Del libro: Minicrónicas de Listón y otros Cuentos, Nido de Cuervos,
Lina zerón
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