Carisdul, el ángel rubio de la comunidad, me ha remitido una historia real que pone los pelos de punta, podéis pasar por su casa para leerla en su totalidad, pero a mí me ha llevado a hacer la siguiente reflexión.
http://lacomunidad.elpais.com/carisdul/2008/11/26/-quieres-ayudarme-hacer-cuento-mela-
Su familia desesperada, consigue tras una larga lucha, enviarlo a España para ser operado. Durante los tres meses que durará el proceso de recuperación, será “adoptado” por una familia española que le cuidará hasta que pueda regresar a su casa.
La operación es un éxito, el niño se recupera rápidamente, y los padres y hermanos adoptivos se encariñan con él aunque saben que pronto volverá con los suyos.
Pero pasan los meses y nadie se mueve, los “papeles” se han perdido por los despachos y Melan sigue en España. Se ha adaptado a la perfección a su nueva vida, es muy inteligente y se hace querer, su nueva familia ya le considera uno de los suyos, y aunque añora su casa, sus padres y los cielos cuajados de estrellas de su tierra, es feliz aquí. Vive en una casa, tiene juguetes, una bicicleta, un perrito, no pasa calor ni frio , está totalmente integrado a su nueva vida sin perder sus raíces.
Pero a los 18 meses , la burocracia se pone en marcha, pese a los intentos desesperados de sus padres adoptivos, el niño es devuelto a su tierra, saben que ya no podrá sobrevivir en el desierto, que su corazón está dividido entre sus dos familias, pero todo es inútil, la férrea mano de la ley lo devuelve a las dunas.
El resto de la historia es de todos conocida. Y yo me pregunto ¿es ético someter a un niño a una experiencia traumática que cambiará su vida? ¿se puede jugar de esta manera con los sentimientos de las familia afectadas ?. La burocracia es un monstruo sin corazón y sin cerebro, la mano tonta de los estados sin alma, no entiende de dolor ni de sentimientos.
En este caso, gracias al tesón de la familia, y a la inestimable ayuda de una asociación el caso se ha resuelto felizmente, pero hay cientos de casos en que los niños, tras pasar unas vacaciones en el paraíso de la abundancia, son devueltos a los infiernos de la penuria. Es una experiencia traumatica que les maracará para siempre.
¿Es ético jugar con estos niños para acallar nuestras conciencias?. ¿Hemos sopesado el daño que se les causa?. Creo que el tema de la vacaciones y de las adopciones temporales deberían reconsiderarse, porque la mayoria de las veces acaban generando dolor y frustración tanto en las familias de adopción como en unos niños que ya no podrán mirar su mundo con los mismos ojos que cuando partieron.
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