La cuartilla me espera con los brazos abiertos
Con su pátina blanca, como un blanco desierto.
Pero yo sigo mudo, con la pluma sedienta
el tintero vacio y las manos abiertas
Esperando la lluvia que sacie mi tierra
Que me limpie los ojos, que se lleve las penas
Y la luz envejece y se torna apagada
Y la música huye y el silencio me aplasta
Y presiento las sombras acechándome el alma
Como buitres hambrientos esperando su paga
Afilando sus picos en mis rotas espaldas.
No seré presa fácil, aun me queda esperanza…
1 comentario:
Me gusto. Interesante.
Salutes
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