Otra noche enredadito en tus amorosos anillos, con tu boca devorándome tiernamente impía, esperando el dulce veneno de tus labios que me embriagan y me dejan rendido y desarmado al embate de tus manos de fuego, de tus besos profundos, de tus maullidos hechiceros.
Cada despertar es el comienzo de una esperanza, un contar los segundos para volver a perderme en el divino abrazo de tu cuerpo cálido y lascivo, que me envuelve en sus amorosas sedas para ser engullido por tus labios sin fondo y arrojado a las pálidas arenas de un sueño profundo y deseado.... Estréchame hasta que mis huesos crujan y el deseo me estalle en tus anillos..
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