Hoy resucitó un dolor maldito.
Te vi cruzando la calle,
tranquilo,
sin prisa.
Apenas nos separó el aliento,
busqué tu mirada.
Casi probé tus caricias.
Volteaste el rostro,
ella se acercó suavemente,
tejió sus dedos entre tus manos
y una sonrisa en común brilló.
Retrocedí nerviosa.
Mi mente voló a otra fecha:
la misma calle,
la misma hora...
Tu, yo. Ella al acecho.
Alucinaron mis ojos,
recordé cuando eras buitre volando
en círculos de aurora tras mi negra cabellera.
Volví a sentir el fuego de tu sable
y tu boca hurgando en mi boca.
El llanto reventó en mi cara,
congeló mi sangre.
Se entumieron mis manos...
Tu, ella. Yo en el olvido.
Me di la vuelta,
caminé con prisa.
vomité tu nombre en la siguiente esquina.
De "Moradas Mariposas" 2002
Ed. Unión y UNEAC, La Habana
Lina Zerón
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