26 Sep 2008
EL POZO
Hoy uno de esos días en que tocas fondo, el pozal llega al final de la cuerda pero no queda ni una gota de agua, la polea cruje en el brocal y el cubo sube vacio una y otra vez, hasta que asqueado, lo tiras al pozo y te quedas sentado en el suelo esperando que llegue la lluvia redentora. Nos exigimos demasiado, demasiado trabajo, demasiado compromiso. Poco a poco nos vamos vaciando hasta que un día solo queda arena, la arena del hastío, del tedio de la desesperanza. A veces, a fuerza de paciencia logras que el cubo suba medio lleno, pero las grietas del pozal dejan escapar la poco agua que había, y cuando llega a tus labios no queda ni una gota para refrescarte la boca.
Estoy cansado, con un cansancio infinito, escarbo en el fondo buscando un poco de humedad pero solo consigo destrozarme la uñas, mientras, el viento sopla inclemente y el sol calcina las escasas briznas de hierba que aún quedan en mi jardín. No me rindo, nunca me he rendido, pero siento que el alma se me escapa y que el vacio empieza a ocupar su sitio, no consentiré que la nada me domine, no quiero ser un autómata, me arrastro hasta el borde del pozo, y en un último esfuerzo me dejo caer hacia el agujero negro del futuro.
JUANMAROMO
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