Hoy saqué de mi memoria otra flor para compartir.
En Diciembre hará seis años (parece que fue ayer) que Carlos Cano perdió en su batalla por la vida.
Carlos Cano, el poeta, el juglar, el mestizo, el del corazón tierno que se escondía dentro del hombre grandón...
Cantó a muchas mujeres, y nos dejó sus coplas. Y hoy, como una flor que se deja en una lápida, como diciendo: "Te sigo recordando", dejo aquí una de sus canciones, no se si la mejor, pero si una de las que a mi me hace brotar lagrimillas.
Se la dedicó a Lucrecia, una inmigrante dominicana que perdió la vida en un ataque racista.
Que pena, que, como dijo Bob Marley, siga siendo más importante el color de la piel que el color de los ojos.
Canción para Lucrecia
Yo te quiero escribir
una carta de amor
que llegue a tu país
en semilla de flor,
que atraviese en la noche
océano y tormenta,
luego, como un lucero,
deje un sueño en tu puerta.
Yo te quiero cantar
y pedirte perdón
por tu muerte, Lucrecia,
por esta canción
que comprenda la luna
el ron y la palmera
que en tu isla canela
sólo come el tiburón.
¡Ay! Cuatro rosas de fuego
ardiendo salieron
y todo acabó
¡Ay! Cuatro rosas dejaron
la flor de un disparo
en tu corazón.
Pobre Lucrecia
Tan pobre y negra...
te vengará un andaluz
a la luz de la luna
cantando el "vudú".
Merecumbé, merecumbé
(un alacrán por la pared)
merecumbé, merecumbá
(por la pared va un alacrán)
y el corazón con su aguijón te comerá
merecumbé, merecumbé,
merecumbá.
Los que matan la luna
son los mismos de siempre
los que arrancan las flores
con sus botas de muerte
los que amargan la vida
y asesinan los sueños
que cantan los poetas
buscando un tiempo nuevo.
No gozan del amor,
ni tocan los tambores,
ni cantan el bolero,
ni pintan corazones
en los árboles verdes
ni en las playas de arena,
ni bailan el merengue
pa'echar fuera sus penas.
¡Ay! una calle sin salida
una mirada asesina
y allí sola la dejaron.
¡Ay! "Aquí negros no queremos,
negro muerto, negro bueno
negro vivo, negro malo".
Suenen los cueros.
Con rabia suenen los cueros.
¡Venga compadre esa rumba,
que al blanco vuelve tarumba
y al negro pone rumbero!.
Merecumbé, merecumbé
un alacrán por la pared
merecumbé, merecumbá
por la pared va un alacrán
y el corazón con su aguijón
te comerá...
Merecumbé, merecumbé,
merecumbá.
"Vale la pena seguir vivo, seguir luchando, aunque sea por uno mismo. Yo me moriré vivo."
Entrevista a Carlos Cano el 28/8/96
http://blogs.que.es/10652/2005/11/1/recordando-carlos-cano
ESCUCHADLA AQUÍ:
Boomp3.com
1 comentario:
Una canción sensacional, reivindicativa y llena de indignación tras el asesinato a sangre fría de Lucrecia, una joven dominicana, por dos desalmados que no merecen ni que los nombremos. Nos ha encantado tu blog, Juan, que hemos encontrado buscando, precisamente, esta Canción para Lucrecia. Un abrazo desde Extremadura
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