LA ROSA DEL ADIOS
¿A quien no se le ha marchitado alguna vez, ese rosal que cuidaba con esmero y pasión? es doloroso ver como las rosas pierden sus petalos, el aroma desaparece, y hasta las espinas dejan de clavarse en tus dedos, pero hay que luchar hasta el ultimo momento, a veces, cuando ya lo damos todo por perdido, de la base del tallo, asoma un tierno capullo. Mímalo, protégelo con el calor de tu pecho , y en poco tiempo, el rosal, reverdecera de nuevo. En el peor de los casos, todo el amor, todo el cariño que has puesto para conservarlo, siempre anidará en lo mas profundo de tu corazon.
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CARTA A MI PADRE
En estos días me puse a pensar, a recordar mi niñez y te recordé a ti mi querido padre. Apenas tengo algunos recuerdos y los que tengo tratan de desvanecerse en el tiempo, pero a pesar de todo permanecen en mi mente. Recordé tus pasos y como los seguía cuando era pequeña, eran pasos de cansancio, cansancio por la vida que te toco vivir, una vida que no elegiste pero al fin tu vida. Yo los seguía, pero nunca podía alcanzarte te alejabas cada día mas. La pena se reflejaba en tus ojos, esos ojos en los que un día me mire, aunque a decir verdad los mire muchas veces, lo hacia de tal manera que parecía querer llegar atreves de tu mirada, al fondo de tu alma, para entender tantas cosas, que por aquel entonces no llegue a comprender .Tampoco me siento culpable por ello, tan solo era una niña y la edad no me permitía comprender ciertas cosas que hoy si las comprendo. Como entender el porque cuando en las noches sentía frío y nunca llegaste a cubrirme. Tampoco lo hiciste cuando mis sueños se convertían en pesadillas. Nunca llegaste a tiempo en ninguna etapa de mi vida, quizás pueda parecer un reproche pero nunca sentí la necesidad de reprocharte nada. Porque a pesar de tus ausencias, sentía por ti lo que cualquier hijo siente por su padre, mucho cariño, amor y ante todo respeto. Pero aun así, no puedo evitar sentir los vacíos que me dejaron tus ausencias. Son tan pocos los recuerdos que tengo de ti, pero los pocos que tengo, están grabados en mi mente de tal forma que a pesar de los años pasados, están presentes todos los días de mi vida .Las pocas veces que pudiste tomarme entre tus brazos me sentía de tal manera protegida por ellos, pude sentir el calor que tanto deseaba sentir, ese calor me daba seguridad y me hacia sentir tan bien. Pero sabía que ese momento duraba poco, porque de nuevo te alejabas. Y lo hacías para refugiarte en ese maldito compañero que elegiste en los momentos que te sentías rechazado por la gente que te rodeaba, por la sociedad a la cual pertenecías, la cual nunca entendió el porque de tus débiles pasos, los cuales yo seguía. Y lo hacia porque necesitaba tenerte cerca de algún modo. Era la única forma de hacerlo, seguirte los pasos a pesar de tus negativas a que lo haría nunca desistir en hacerlo a pesar de que esos pasos te llevaban a encontrarte con ese compañero que tanto mal te hizo. Ante mis ojos podía ver como te cambiaba por completo, te volvías otra persona distinta a la que eras. Ese compañero llamado alcohol, el maldito compañero que te llevaba de la mano y te acompaño hasta el final de tus días .Te dejo una huella que ni yo misma siguiéndote como te seguía, conseguí dejarte. Podía ver como te hacia daño y como sin poder evitarlo, el de nuevo te tomaba de la mano y como siempre te marchabas junto a el, alejándote cada día mas. Un te quiero, se ahogaba en mi garganta sin poder salir de mis labios, por el miedo que sentía al saber que nunca lo escucharías .Te sentía tan lejano que a veces ni te sentía y otras veces te podía ver con la mirada perdida en algún lugar. Te veía tan débil, ya no había pasos que seguir, porque tus pasos se quedaron inmóviles. Te sentí tan débil, que en ese momento tuve la necesidad de reunir las fuerzas que había dentro de mi, para ser yo quien te protegiera y ofrecerte todo lo que en un momento yo tanto necesite de ti. Hacerte sentir que estaba ahí contigo, darte el calor de mis abrazos y porque no, besarte en el momento que mas lo necesitabas. Porque a pesar de todo lo que la vida te negó, nunca pudo negarte el cariño que yo sentía por ti. A pesar de que sabia que ya no podías oír, cuando te decía te quiero Papa. Siempre te lo dije, ya nunca permití que se ahogara entre mis labios sin poder decírtelo, porque sabía que de algún modo necesitabas oírlo y aunque estabas inmóvil y con la mirada perdida aun estabas vivo y eras capaz de sentir. Incluso en ocasiones pude ver como tus ojos se llenaban de lagrimas al escucharme decirlo .Lo que nunca pensé que tan pronto tendría que decirte adiós. Te perdí y ya nunca volvería a seguirte los pasos, nunca volvería a sentir como en ocasiones me tomaste entre tus brazos y me dabas la protección que en esos momentos tanto necesite. Te dije adiós y me quede de nuevo con un te quiero entre mis labios, sin poder seguirte los pasos como tantas veces lo hice. Ahora yo sola debe seguir el camino que dejaste sin recorrer y espero un día poder alcanzar tus pasos, porque los míos aun te siguen. En esta espera, tengo guardado entre mis labios un te quiero, para que en el momento de nuestro encuentro poder decirte........TE QUIERO PAPA
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