En el lecho los dos. Enloquecido,
y antes de consumar el rito magno,
me bebía sus nítidos efluvios
y quemaba su cutis con mis labios.
Al perseguir la euritmia de su nuca
para ofrendarle el culto de mi beso,
mi espíritu de sátiro y artista
quiso, para adorarla, ser eterno.
Oh, magia singular, que me sorprende
al cantarle a la Vida himno profano!
Ver un cielo carnal color de rosa
y en él negras estrellas palpitando!
Portento sibarítico que acendra
mis informes antojos sensualistas,
hallarme un cielo-aurora que perfuma
y lunares-luceros que titilan.
Mientras las mamas como pomas vivas
de tenues halos y maciza pulpa,
al compás de algún ritmo misterioso
se agitaban erectas y desnudas,
bajo el niveo dosel del alto lecho
(y al consumar el rito de la Vida)
como dos astros muertos que se apagan
se ocultaban sus cálidas pupilas.
REGINO BOTI
1 comentario:
Hola!! Buscando un video di con este blog, y la verdad me parece un excelente aporte, esta entrada con este poema espectacular... espero poder leer pronto más!
Saludos,
Publicar un comentario