Déjame que dibuje con mis labios
el fulgor de tus pechos florecidos
salpicando con pétalos de rosa
tus peciolos de amor enardecidos
déjame que sumerja mi deseo
en tus simas de amor humedecidas
por mi lengua viajera y encendida
por las yemas ardientes de mis dedos
que mis manos se pierdan en tus nalgas
descubriendo caminos escondidos
que conducen directos al infierno
de tu cráter profundo y encendido
déjame bucear entre tus muslos
enredarme en las lianas de tu selva
y morir de placer entre los labios
de tu boca profunda y avarienta.
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