Murmuraban silencios
los altos olmos
que la brisa mecía
junto al arroyo
desgarrando los cielos
como cuchillos
que la tarde afilaba
con gris hechizo
¡cuantas frías nostalgias
se columpiaban
desnudando recuerdos
entre sus ramas
como frutas prohibidas
de un paraíso
que renace en el tiempo
seco y marchito
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