De tus manantiales de mujer
mojaré mis manos y mi boca,
¡Yo de tus entrañas tengo sed!
Beberé aquel vino de tu copa...
Dulce paraíso del placer,
cálido rincón, casi prohibido,
donde nace el beso primitivo,
beso que desnuda a una mujer.
Déjame tomarte por esta vez
sólo con mis labios en lo profundo,
deja que mi lengua por un segundo
nade por tu mundo... cual libre pez.
Gritarás loca tocando el cielo
aunque allá abajo esté yo contigo,
el que besándote encienda el fuego
de aquel infierno bajo tu ombligo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario